Con menos de tres horas de diferencia, el secretario del Tesoro de EE.UU. Jack Lew y la subsecretaria para Asuntos Hemisféricos, Roberta Jacobson, dejaron en claro ayer que el apoyo jurídico que el Gobierno de Barack Obama le dio a la Argentina en una causa iniciada por los fondos buitre, no significa un apoyo político a la conducta y decisiones del gobierno de Cristina Kirchner. Todo lo contrario. Una cosa no implica la otra.
«Quiero ser claro. No voy a defender la conducta argentina de una manera general», dijo Lew durante una audiencia en el Capitolio ayer por la mañana, cuando le explicó a un diputado el apoyo que EE.UU. dio a la Argentina en el caso de los fondos buitre.
«Esto no significa específicamente que estamos de acuerdo con las decisiones de Argentina», dijo por su parte Jacobson también en respuesta a una pregunta sobre el mismo tema, durante un almuerzo con inversores en el Consejo de las Américas de Nueva York.
Jacobson recordó además que a EE.UU. le gustaría que Argentina llegue a un acuerdo con el Club de París para pagarle lo que le debe. Puso énfasis también en la necesidad de que Argentina normalice sus relaciones con la comunidad financiera internacional. «Sobre todo en este momento» dando por entendido, sin duda, que si bien Argentina dio un giro hacia la ortodoxia económica, todavía hay mucho camino por recorrer.
Durante una audiencia en el Capitolio, en respuesta a una pregunta del diputado Mario Díaz Balard, el secretario del Tesoro Lew explicó que EE.UU. había presentado en el caso del «pari passu» dos amicus curiae en favor de Argentina en las Cortes de Nueva York. Según Lew, se trata de un «tema legal y de bancos» que importa a EE.UU. Pero enseguida agregó que quería «ser claro».
«No voy a defender el comportamiento de Argentina de una manera general».
De hecho en los amicus curiae mencionados por Lew, el gobierno de Barack Obama ya había dejado en claro que EE.UU.
No justificaba el comportamiento argentino.
«Mientras que Estados Unidos no perdona las acciones de Argentina en la arena financiera internacional, el pedido de Argentina para una nueva audiencia presenta una cuestión de importancia excepcional», dice el amicus curiae que presentó el Gobierno de Obama el 28 de diciembre del 2008 en apoyo a ese pedido.
Durante la audiencia en el Congreso, Díaz Balard estaba interesado en saber si funcionarios de EE.UU. le habían pedido a México que exprese su apoyo en favor de Argentina, que presentó hace un par de días ante la Corte Suprema. Lew dijo que no, pero admitió que habían conversado sobre el tema. «Y les dije lo mismo que le acabo de decir a usted».
Más aún, Lew explicó que EE.UU.
todavía no había presentado el apoyo de su país en favor de Argentina ante la Corte Suprema en el caso de fondo, es decir el del pari passu, porque la costumbre es esperar a que la Corte pida la opinión del Poder Ejecutivo. De hecho, el procurador general de EE.UU. dio su opinión a la Corte Suprema en otro caso de los fondos buitre que está más avanzado que el del pari passu, el llamado caso del Discovery cuando se la pidieron. Luego, uno de los representantes del procurador participó en la audiencia que tuvo lugar hace una semana, y emitió la opinión que habían dado por escrito de forma oral. Horas después de la declaraciones de Lew, la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, dijo exactamente lo mismo en el Consejo de las Américas, en Nueva York frente a inversores. Cuando le preguntaron sobre el tema Jacobson dijo que «bajo la doctrina del pari passu, realmente pensamos que es importante que un país pueda reestructurar su deuda, pero esto no significa específicamente que estamos de acuerdo con las decisiones de Argentina, pero como es un problema de principios apoyamos sus argumentos».
En cuanto al Club de París, Jacobson dijo que no creía «que haya ninguna duda sobre que nos gustaría mucho ver un acuerdo» y que Argentina se reintegre a la comunidad financiera internacional. «Me parece que eso es cada vez más importante».