El uso de las hojas de la palma de cera, especie protegida por el Ministerio del Ambiente (MAE), está disminuyendo dentro de las iglesias y en sus alrededores, durante la festividad cristiana del Domingo de Ramos.
En algunas parroquias de Guayaquil, por ejemplo, tanto feligreses como comerciantes optaron por adquirir alternativas de manojos que contenían otras variedades de planta.
Palma de coco, bambú y mimbre (fibra vegetal obtenida de una variedad del sauce) fueron las opciones consideradas para elaborar los arreglos que fueron comercializados entre $1 y $2. Otros elementos comunes de los ramos son el arrayán, manzanilla y ruda.
Mientras que en la capital de la República, el MAE intensificó los controles para erradicar la comercialización de la palma de cera.
No obstante, la venta de ramilletes que incluían la especie protegida se presentó en las calles. La demanda, según las personas dedicadas a esta artesanía, fue irregular.
En la iglesia San Esteban Diácono, del sector de La Guangala, al sur de Guayaquil, la solicitud de los arreglos de palma de cera disminuyó al menos en el 75% con relación al 2013, según Rosa Cepeda, comerciante dedicada varios años a esta actividad.
Para la ciudadana, las personas sienten temor de ser sancionadas por utilizar una especie protegida por el MAE. «Hay quienes vienen con sus propios arreglos caseros hechos con manzanilla».
La cartera de Estado informó que la comercialización no autorizada de palma de cera tiene multas que van de 500 a 1.000 salarios mínimos vitales (de $170.000 a $340.000). También se contempla una sanción por la tala ilegal de esta planta que es de uno a diez salarios (de $340 a $3.400).
En la iglesia de Cristo del Consuelo, que organiza la procesión más concurrida en Viernes Santo de la urbe porteña, los vendedores de ramos con palma de coco y bambú compartieron espacio con aquellos que ofrecían la palma de cera.
La comerciante Rosa Gómez compró los componentes de su mercancía (arrayán y manzanilla) desde hace varios días en la Terminal de Transferencia de Víveres (TTV) en Montebello (norte de la ciudad).
Gómez está informada de los operativos de control impulsados por la Policía, en coordinación con el MAE. «Mejor evitar pérdidas y buscar otras opciones».
Por su parte, miembros de la Policía también decomisaron fundas que contenían elementos elaborados con palma de cera en distintos puntos de la ciudad.
El MAE, en cambio, realizó una campaña para promover el uso de otras especies en tres de las iglesias más concurridas del puerto principal: la Catedral, Cristo del Consuelo y Nuestra Señora de la Alborada.
Mayores controles de venta cerca de las iglesias
Varias iglesias del Centro Histórico de Quito se veían diferentes este Domingo de Ramos. Cruces con flores decoraron los templos en la capital, mientras que en cada esquina las personas podían obtener un arreglo a tan solo $1 para bendecirlo en la Iglesia en conmemoración a la entrada triunfal de Jesús de Nazaret en Jerusalén. Así se dio el inicio de la Semana Santa.
Mercedes Osorio desde las 03:00 de la mañana se encontraba en la esquina de la calle Bolívar y Chimborazo para vender sus ramos de totora, bambú y rosas. «La venta no está tan buena porque ya no nos dejan vender en la puerta de la Iglesia, dicen que ya no hay cómo», reclamó.
Wilson Ponce, inspector de la Zona Operativa Manuela Sáenz, de la Policía Metropolitana, explicó que las patrullas desde las 6:00 de la mañana de ayer custodiaron los recintos religiosos de la capital considerada Patrimonio de la Humanidad, por lo que está prohibido el comercio informal. Por lo tanto, los comerciantes autónomos se pueden ubicar en los mercados, centros comerciales y locales.
La comerciante María Belén Jaramillo, quien se encontraba en uno de los locales ubicados debajo de la iglesia de San Francisco de Quito, también considera que este año la venta ha bajado porque «las personas del Ministerio del Ambiente están regalando la totora y el romero para enseñarles que no utilicen la palma de cera y eso afecta nuestras ventas, pero bueno, su deber es enseñar a la gente a conservar el ecosistema», dijo.
Por lo tanto se han iniciado operativos de control de comercialización de palma de cera desde el viernes pasado, dando como resultado la incautación de alrededor de 1.500 ramos de la planta endémica en el cantón Quito.
Según Miguel Mayorga, capitán de la Unidad de Policía de Medio Ambiente, lo incautado será entregado al MAE para sus fines pertinentes. Los ramos incautados por ahora reposan en las instalaciones de la unidad, ubicada en el sector de la Armenia (sur oriente de Quito).
Precisamente la ministra del Ambiente, Lorena Tapia, al finalizar la misa pidió apoyo para seguir con esta iniciativa a miles de personas que acudieron a la plaza de San Francisco para recibir la misa.
Por ejemplo María Rocha acudió con sus tres hijos y su nieta. «Venimos para acordarnos de cómo se le recibió a Jesús, aunque después, el día viernes, le condenamos», manifestó.
La desaparición de la palma implicaría la extinción del loro orejiamarillo y del perico cachetidorado, debido a que la planta es su principal sitio de anidación y fuente de alimento.
La palma de cera es una especie botánica que puede alcanzar los 25 metros de altura y sobrepasar los 100 años de edad. Sin embargo, decenas de ejemplares de la planta se pierden cada año porque se las utiliza para artesanías y en la elaboración de arreglos para el Domingo de Ramos.
Foto: Miguel Jiménez.