El gobierno nacionalista escocés se frota las manos. Las últimas encuestas indican que el apoyo al «No» a la secesión está estancado y los ánimos independentistas al alza.
Un escenario de creciente nerviosismo para los defensores de la unión que ha provocado, como era de esperar, graves fallas en el discurso de la campaña Mejor Juntos, responsable de empujar a los escoceses a votar por la permanencia en el Reino Unido. La grieta más grave se abría este sábado con las declaraciones anónimas de un ministro del gobierno de David Cameron poniendo en cuestión el argumento más contundente desplegado hasta ahora por conservadores, laboristas y liberales al unísono: que la independencia implica salirse de la libra esterlina.
«Por supuesto que habría una unión monetaria» entre una hipotética Escocia independiente y el resto del Reino Unido, aseguraba un ministro del gabinete, no identificado, al diario «The Guardian». «Después de una victoria del «Sí», habría unas negociaciones muy complejas con varias piezas por intercambiar», explicaba el ministro anónimo. «El Reino Unido quiere mantener los submarinos nucleares Trident en [la base naval escocesa de] Faslane, el gobierno escocés quiere una unión monetaria, es fácil ver los contornos de un acuerdo», afirmaba.
Durante todo el debate de cara al referéndum convocado para el próximo 18 de septiembre, la estrategia del nacionalismo escocés ha sido calificar los argumentos sobre el coste de la secesión como «discurso del miedo» y desactivar su impacto prometiendo al electorado que, llegado el momento, Londres sustituirá las amenazas por el pragmatismo negociador. Ahora, las declaraciones de un ministro que, según «The Guardian», «jugaría un papel central en las negociaciones», avalando esta misma tesis caen como jarrones de agua bendita sobre un movimiento pro-independencia que avanza posiciones, aunque el «Sí» todavía va por detrás del «No» en las encuestas.
Un nerviosismo provocado, en parte, por la evolución de las encuestas. Según las series temporales de la empresa YouGov, la campaña independentista ha logrado reducir la ventaja del «No» a la secesión desde los 22 puntos de diciembre (61% en favor del No contra un 39% por el Sí) hasta los 16 puntos porcentuales que recoge la última encuesta, publicada la semana pasada por «The Times».
Así, el «Sí» ha remontado hasta el 42% mientras que los contrarios a la secesión se sitúan en este momento en el 58% de los encuestados. Según el análisis de Peter Kellner, analista y presidente de YouGov, «los indecisos han comenzado a saltar la valla», para car en el lado del «Sí» a la independencia. Un avance que atribuye, en parte, a que las mujeres van perdiendo poco a poco el miedo a separarse. El mes pasado, un 68% de mujeres consultadas respondía «No» a la independencia, por un 32% de «síes». Ahora, la diferencia se ha reducido a 62-38 según los últimos datos.
Foto: REUTERS/ Alex Salmond, líder del gobierno escocés, aplaude la «demolición» del argumento de la campaña del «no»