El norte de la ciudad recibió la noche del lunes y la madrugada de ayer el mayor volumen de precipitaciones de toda la ciudad y también la mayor cantidad de problemas…
Los más de 80 litros de agua por metro cuadrado que cayeron en el norte, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), inundaron el kilómetro 26 de la vía Perimetral y con ello media docena de viviendas. El arrastre de lodo y tierra volvió a taponar el drenaje en sectores bajos de los cerros, como en el kilómetro 6,5 de la vía a Daule y en la calle Leopoldo Carrera (vía a la Espol Prosperina), a la altura de la urbanización Las Cumbres.
En el sector de la avenida Barcelona, ingreso al túnel San Eduardo, hasta una cascada que bajaba del cerro sorprendió a los conductores la noche del lunes. Y en el cantón Durán una casa de caña colapsó cayendo sobre otra en el cerro Las Cabras (ver subnota).
UN METRO DE INUNDACIÓN. A un lado del nuevo paso elevado de la vía Perimetral, y av. Casuarina, seis predios fueron afectados por las inundaciones. El arrastre de material del cerro aledaño colapsó las cañerías de Hogar de Nazareth. A pesar del muro de más de un metro de alto que Zoila Parra construyó en su frentera, el aguacero inundó su casa y su negocio (un bazar), en la manzana M, villa 19 de esa cooperativa.
En seis años el muro había aguantado, pero esta vez el agua entró hasta por la ventana: la circulación de vehículos pesados crea «olas» que chocan contra las fachadas. «Creímos que con el puente iba a mejorar la situación, pero ha sido peor. Antes habían dos zanjas, ahora drena muy poco», se quejó la mujer, de 52 años.
LOS CEIBOS. A las 23:00 del lunes el ingreso a Las Cumbres, en Los Ceibos, ya estaba bloqueado con un charco de un metro de profundidad, según Katherine Ávila, administradora de la urbanización. En la mañana personal de Puerto Limpio recogió dos volquetadas de tierra y lodo que bajaron del cerro y taponaron el drenaje.
«El Municipio no le está exigiendo a los dueños de los solares cercar sus predios con muros que eviten que baje tanto material», indicó Ávila, que pidió una solución definitiva a la recurrente situación. «La alcantarilla tiene poca capacidad».
La poza que se forma en el km. 6,5 de la vía a Daule, que desde la noche redujo la capacidad de la arteria y dejó vehículos averiados, siguió complicando el tráfico en hora pico de la mañana, en sentido norte-sur. El problema irradia a la Carlos Julio Arosemena e incluso a la avenida del Bombero, también en Los Ceibos, donde las filas vehiculares alcanzaron dos kilómetros: la vía estaba inundada a la altura del intercambiador del túnel.
La circulación en la misma C. J. Arosemena también se vio disminuida de dos a un carril a la altura de la universidad Católica. Un deslizamiento de tierra invadió la calzada sur. Diez trabajadores recogieron unos 100 sacos de material que fueron colocados a manera de muro en el mismo cerro con el fin de contener nuevos deslaves.
Foto: El Comercio