Juan José Gellibert
En el transcurso de la historia electoral ecuatoriana, el país ha tenido diversos procesos de reformas políticas y electorales que no han servido para crear un ambiente propicio de estabilidad institucional. De este modo, el grado de incertidumbre por parte del ciudadano creció, debido al cambio constante de lineamientos constitucionales del sistema electoral ecuatoriano que respondía a la acción política del momento.
Esta realidad constituye una de las causas fundamentales para entender el problema que ha aquejado a la política ecuatoriana desprovista y carente en años posteriores de una representatividad fuerte y de controles y balances claros.
En la actualidad, el Consejo Nacional Electoral (CNE) cumpliendo con el artículo – 157 de la ley orgánica electoral y con El Código de la Democracia- ha establecido una división política a nivel nacional, formando circunscripciones electorales urbanas en 13 cantones, 10 provincias, en base al último censo poblacional del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Este nuevo mecanismo electoral permitirá designar a los nuevos funcionarios públicos en el país.
¿Qué se busca con el nuevo método electoral?
El mecanismo vigente ofrece directamente a la ciudadanía mayores mecanismos de representatividad, ya que los lineamientos del gobierno actual exigen una mayor participación democrática en los procesos electorales, según comenta Sebastián Umpierrez De Reguero, miembro del Consejo Nacional Electoral y especialista Electoral de la Dirección Nacional de Procesos en el Exterior.
Una de las apuestas del sistema de distritalización sería despersonalizar la política y a su vez personalizar al candidato con las demandas y exigencias de su elector. De esta manera, se busca darle una mayor representatividad a las minorías en el país.
A su vez, la creación de nuevas zonas electorales en teoría reduce el ausentismo en las elecciones; ya que, el sistema permite que el ciudadano apto para votar, obtenga facilidades para que pueda sufragar en el recinto más cercano a su vivienda. En temas de representatividad, Domingo Paredes presidente del CNE señaló que las circunscripciones electorales fueron creadas para mejorar la representatividad en el país y su vez mantener el sentido de pertenencia de la ciudadanía, además de lograr un diseño de circunscripciones equilibradas.
El modelo de elección electoral ecuatoriano de la actualidad basa sus principios en el método «D `Hondt». Algunos países en la región lo utilizan, como es el caso de Argentina, Chile, Paraguay, Colombia y Venezuela. En Europa el método predomina en Países Bajos. Se debe tener en cuenta que este sistema ha favorecido históricamente a los movimientos o partidos políticos grandes. (Ver infografía)
¿Cuáles fueron los criterios para establecer los distritos?
Para establecer el actual mecanismo electoral el CNE incluyó a diversos sectores representantes de organizaciones políticas, sociales, de los gobiernos autónomos descentralizados (GAD) y representantes de medios de comunicación, quienes participaron para conformar la estructura de las circunscripciones.
Es necesario recalcar que la estructura del actual sistema electoral articulado en circunscripciones se elaboró sobre la base de criterios técnicos y socioculturales que respetan el equilibrio demográfico, de acuerdo con lo que establece la Ley Orgánica Electoral o Código de la Democracia. El Código de la Democracia establece la división por circunscripciones de los cantones con mayor población y la Ley establece que los Concejos Municipales estarán integrados por 15 concejales cuando los municipios tengan más de 400.000 habitantes; 13 cuando tengan más de 300.000 habitantes; 11 cuando la población cuente con más de 200.000 habitantes; nueve y siete, cuando hay 100.000 y 50.000 personas, respectivamente.
Pros y contras del nuevo mecanismo
Al tener Ecuador un nuevo mapa político que responde a un crecimiento poblacional incesante, habría que analizar hasta qué punto la desconcentración política se manifiesta con el nuevo sistema. Y si, en efecto se está teniendo mayor representatividad con el actual mecanismo electoral.
Umpierrez señala que existe la acción de revocatoria del mandato. En caso de que las autoridades elegidas en una determinado circunscripción no cumplan con su plan de gobierno propuesto los mandantes tienen la posibilidad de revocarlos. Bajo esta lógica, la decisión de implementar este nuevo mecanismo electoral gana terreno.
Es decir, al darle mayor participación a la ciudadanía, el grado de representatividad está directamente correlacionado con la exigencia de la misma en el cumplimiento de las competencias, disposiciones y resultados de las autoridades que ellos mismos eligieron, siempre y cuando se respete la ley.
Otro factor positivo del actual sistema es que los ciudadanos que aspiren a una nominación política ya no deberán realizar recorridos en toda la provincia. Su esfuerzo, acción, estrategias políticas y fondos se concentrarán solamente en las circunscripciones en las que van a participar y representar. Por ende, se genera una relación más cercana representante-ciudadano.
Los contras del sistema actual hacen referencia una vez más a la asignación de puestos o escaños; ya que el método «D'Hondt» puede favorecer al partido o movimiento más grande. Analistas de procesos electorales mencionan que cuanto menor sea el distrito o circuito, el voto pasa a la fuerza más votada, minimizando a las fuerzas políticas restantes.
El método de D'Hondt tradicionalmente no ha sabido responder al principio de un sistema proporcional que permita representación de las minorías. Los elementos analizados del actual sistema electoral ecuatoriano, deberán responder a la futura gobernabilidad del país. Teniendo en cuenta que la consolidación de la misma, se teje no solo en democracias electorales, sino en su amplitud.
DATOS
En los comicios seccionales a realizarse en febrero del 2014, se elegirá a 5.651 autoridades para los gobiernos provinciales, municipales y parroquiales. 23 prefectos/as y 23 vice prefectos/as, 867 concejales/as urbanos y 438 concejales/ as rurales. Con un padrón electoral de 11`682.314 electores (CNE, 2013).