Es su primera incursión política, Michel Doumet Chedraui el candidato a la alcaldía de Samborondón por la alianza PAIS-Centro Democrático muestra en su hoja de vida su recorrido como dirigente estudiantil y funcionario público. Está convencido de que su propuesta tendrá la aceptación del electorado.
Para él, una de sus preocupaciones será el presupuesto. Afirma que Samborondón cuenta solo con 26 millones de dólares, razón por la cual buscará recursos externos, público y privado para concretar proyectos; otras prioridades son la construcción y equipamiento de un hospital, escuelas, la planta de potabilización de agua y de tratamiento de aguas servidas y residuales.
¿Es su primera experiencia política o tiene alguna participación en ese sentido?
Había participado antes a nivel estudiantil en el (colegio) Cristóbal Colón, siempre como presidente de curso, y en la Universidad Católica como presidente de la Asociación de Estudiantes, la misma dignidad del presidente (Rafael) Correa en la Facultad de Economía.
¿Por qué se decidió a dar este paso en la política?
Siempre he tenido ese espíritu de servicio. Colaboré en este Gobierno como gerente general de la Corporación Financiera Nacional (CFN) y allí recorrí prácticamente todo el país, entregando préstamos a pequeños agricultores. También tuve la oportunidad de fundar el Banco del Seguro Social y estar en la regional como su gerente. Ahora que se da esta oportunidad me encantó la idea, porque más allá de ser un ciudadano común quiero dar ese paso para ser parte de la solución.
¿Se considera parte del relevo generacional?
Definitivamente. En Samborondón se ha manejabo bajo un esquema de administración municipal que no estamos muy de acuerdo. Siguen construyendo bordillos, haciendo maceteros de 1,60 metros de alto a lo largo de la avenida principal de La Puntilla, una obra de 642.000 dólares que, más las adecuaciones, llega casi a los 900.000 dólares. Faltan obras sociales, de salud, de educación. Este es otro estilo, somos una mezcla de juventud y de experiencia, y eso es lo que queremos en el Municipio de Samborondón: una nueva cara con gente capacitada, con otra mentalidad.
¿Cuál es su principal reto?
Existen dos Samborondón: cuando uno va por La Puntilla ve un tipo de problema: el vial, sin embargo, siguen haciendo veredas, maceteros, adoquines y nos dicen que todo está bien, pero cuando uno recorre la cabecera cantonal, Tarifa y los 108 recintos, la realidad es otra. Queremos un Samborondón integrado, unido, en donde hagamos esfuerzos mancomunados para sacar adelante al cantón. Yo tengo la experiencia de entregar créditos, a los agricultores les falta gestión con instituciones privadas y estatales para créditos con tasas de interés bajas y con períodos de gracia para que puedan insertarse en la cadena productiva. Hablar con los buenos industriales que hay en La Puntilla para que compren directamente la cosecha de arroz y así eliminaremos al intermediario.
¿Qué problemas requieren solución inmediata?
Construir caminos vecinales y para eso necesitamos apoyo, por eso estamos en alianza con la Prefectura. Incluso para tener acceso y llegar a los recintos y para sacar la producción. El 40% de casas aún son de caña, son elevadas y están en mal estado. Tenemos la experiencia del Banco del Seguro Social, en el cual dimos más de 75.000 viviendas en dos años y medio, trabajaremos junto con el Miduvi para que la gente cuente con una vivienda digna.
Con el presupuesto que citó ¿No queda más que tocar puertas?
Lo que yo siento es que el Municipio ha sido cómodo y no ha repartido ese presupuesto para todo el cantón, entonces falta hacer más obras. Se pudo quintuplicar el trabajo hecho hasta ahora y más que todo el enfoque social acudiendo a la Corporación Financiera Nacional, a la Corporación Andina de Fomento (CAF) o al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).