España exigió ayer a Estados Unidos explicaciones por el presunto espionaje telefónico que han realizado a su país, manteniendo activo el conflicto diplomático, especialmente el que ocurre en Alemania, originado por la intervención telefónica de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) a su canciller Angela Merkel y a otros ciudadanos en varios países europeos.
La Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) espió más de 60 millones de llamadas telefónicas en España entre diciembre de 2012 y enero de 2013, sumándose a una lista de Estados europeos espiados, como Francia y Alemania, según informó el diario español El Mundo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores español citó al embajador estadounidense James Costos. Durante este encuentro, el secretario de Estado español para la Unión Europea, Íñigo Méndez, instó a las autoridades de Estados Unidos a que faciliten toda la información necesaria sobre el supuesto espionaje realizado en España.
Mientras tanto, en Estados Unidos se encuentra una delegación del Parlamento Europeo para hablar sobre el impacto de los programas de vigilancia en los derechos fundamentales de los ciudadanos de la Unión Europea, en particular, el derecho a la vida privada.
«Nuestra confianza se ha visto sacudida», dijo el alemán Elmar Brok, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, añadiendo que «no es aceptable que, por ejemplo, la canciller Merkel y otros hayan sido espiados durante más de 10 años».
Tras las nuevas declaraciones, el ejecutivo español endureció el discurso. Desde Polonia, donde realiza una visita oficial, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, advirtió en declaraciones a la prensa que de confirmarse este asunto, «podría suponer una ruptura del clima de confianza que tradicionalmente ha presidido las relaciones entre los dos países».
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El semanario Der Spiegel afirmó este fin de semana que Merkel había sido escuchada desde el 2002, antes de convertirse en canciller en 2005 y con George Bush en la Casa Blanca.
Según The Wall Street Journal, que cita como fuentes a autoridades estadounidenses, el presidente Obama ordenó que se terminaran las escuchas a Merkel y otros dirigentes mundiales, apenas se enteró de su existencia a través de un informe que encomendó este año.
En un comunicado, la NSA desmintió las acusaciones de espionaje. «El general Alexander (que dirige la NSA) no habló con el presidente Obama de un supuesto operativo de inteligencia que involucrara a la canciller Merkel (…) Las versiones de prensa que aseguran lo contrario no son ciertas», declaró Vanee Vine, un portavoz de la agencia.
Asimismo, la Casa Blanca informó que la revisión de los programas de espionaje de la NSA estará lista a fin de año. El portavoz Jay Carney recordó que Obama ordenó revisar esos programas el pasado verano, cuando salieron a la luz a través de los documentos filtrados a la prensa por el exanalista de la NSA Edward Snowden, actualmente asilado en Rusia.