La situación del Banco Nacional de Fomento (BNF) sigue siendo preocupante. La entidad registra una cartera vencida de $200 millones por procesos de coactivas que superan los 100 mil, y una morosidad que alcanza el 13,67% en el primer semestre de este año.
Estas cifras han determinado el empeño del Gobierno Nacional de hacer una «reingeniería total» de la institución y convertirla en un Banco para el Desarrollo Rural y Urbano Marginal, según lo dio a conocer el ministro de Agricultura, Javier Ponce y también presidente del directorio del BNF, durante su comparecencia a la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea.
A pesar de la situación por la que atraviesa la institución financiera, el funcionario sostuvo que el «banco no está en quiebra».
Ana Garcés, asesora del Ministerio, fue la encargada de presentar la situación de la institución financiera y explicar la necesidad de llevar adelante un «cambio radical» en esta entidad, que fue creada hace 80 años, en la que a más de las cifras en rojo se ha evidenciado, según los funcionarios, varios actos de corrupción.
Garcés, al referirse a la problemática actual del banco, dijo «que existe una gestión de cartera morosa que se aproxima a 60 mil créditos que están hace varios años en coactivas, más 34 mil actuales, y más los que vienen, que son otros 60 mil créditos de coactiva en proceso, que suman alrededor de 200 millones de dólares».
Además, informó que en lo relacionado a la parte financiera, el banco tiene una «cartera problemática», en la que la morosidad se ubica en el 13,67% a junio de este año, por encima del promedio de la banca pública que es del 8,5%. «A diciembre el BNF registró una cartera bruta de $ 1.200 millones y una pérdida de $ 1,74 millones, lo que está relacionado con el porcentaje que se señaló anteriormente», sostuvo Garcés.
Manifestó que el 51% de la cartera con problemas para ser cobrada está concentrado en 10 agencias del BNF, que son: Guayaquil 34%, Chone 22%, Balzar 37%, Daule 38%, Esmeraldas 29%, Muisne 52%, Santa Elena 36%, Portoviejo 20%, Quevedo 26% y Santo Domingo de los Tsáchilas 15%.
«En Muisne los funcionarios creo que dieron créditos a la mitad de los ciudadanos y la población no supo que tenía esos créditos y no se ha podido hacer que estos señores paguen por estos actos de corrupción», sostuvo Garcés.
Mientras que el ministro Ponce señaló que lo de Muisne es muy grave, ya que ahí un grupo de funcionarios del BNF hicieron firmar compromisos de crédito en blanco y los campesinos están endeudados sin haber recibido el dinero.
Garcés aseguró que en la parte de operaciones la tasa promedio activa del banco es de alrededor del 1,5%, contra una tasa pasiva del 2,8%, impuestos operativos 7,55% y un impuesto del 3,2% por mora, dando un total de pérdida de 1,5% por tasa. «En lo que se refiere a la colocación y recuperación, el BNF destina el 42% a comercio y servicios; 16% a cultivos agrícolas; 29% a campo y ganadería; 2% para maquinaria agrícola y 11% a otros», dijo.
Nuevo lineamiento del banco
El ministro de Agricultura, Javier Ponce, insistió en el hecho de que «los problemas que vive el Banco no son solo de mejorar el actual funcionamiento, sino realmente de estructura, y por eso hemos planteado que la nueva institución esté sustentada en dos pilares, el financiero y el social».
Señaló que esta nueva estructura debería contar con una Superintendencia de la Banca Pública, puesto que la misma tiene otros parámetros de funcionamiento que la que tiene la banca comercial, y al momento este sector está sujeto a la Superintendencia de Bancos y Seguros, cuya misión fundamental es el control de la banca privada.
Crédito debe ser oportuno
Con todo lo expuesto, los asambleístas y campesinos que se dieron cita en la Comisión de Desarrollo Económico coincidieron en que se debe dar un cambio total al banco.
Los parlamentarios y campesinos se mostraron a favor de crear una nueva institución, esto es, un banco de desarrollo rural, urbano marginal, que aborde al pequeño y mediano productor, tanto de la ciudad como del campo, que llegue con crédito oportuno en las condiciones que el campesino necesita, analizando la realidad de este sector.
Posición que fue esgrimida por el asambleísta y exministro de Agricultura, Miguel Carvajal, quien sostuvo que la institución bancaria en la situación que está, no da más. «Somos del criterio que se debe ir a una modificación radical del Banco Nacional de Fomento, hemos tenido varias reingenierías, reformas y modificaciones, pero estamos ante una institución que no da más, hay que trabajar sobre una nueva institucionalidad, que tenga lógicas distintas a la lógica de la banca privada», aseveró.
Este criterio fue compartido por los legisladores, Patricio Donoso (Creo), Mauricio Proaño, Ricardo Zambrano, Juan Carlos Cassinelli, Bélgica Dávila, Lídice Larrea (PAIS), Moisés Tacle (PSC), entre otros.
De su parte, Abel Navas, presidente de la Coordinadora de Movimientos y Organizaciones Sociales por la Democracia y Socialismo, y el titular de la Asociación de Trabajadores Agrícolas, Ángel Cusme, consideran que esta reingeniería debe darse tomando en cuenta los criterios del sector campesino.
Creen que se debe establecer que el banco entregue créditos oportunos, con una tasa de interés preferencial, que se tomen en cuenta los procesos para la cosecha y se haga un seguimiento del crédito en las condiciones que el sector necesita, y que su labor esté orientada al campesino y agricultor, más que al comercio.
Navas sostuvo que es necesario que se haga una evaluación de los problemas del agro, en donde los campesinos y agricultores se han visto agobiados por las deudas que mantienen con el BNF.
La Coordinadora de Movimientos y Organizaciones Sociales por la Democracia y Socialismo plantea a más de la creación de la nueva entidad, que el presidente de la República, Rafael Correa, emita un decreto ejecutivo para el subsidio de deuda campesina.
Se trataría de un decreto por el cual el Estado subsidie los intereses normales, de mora, refinanciados, honorarios de abogados y gastos judiciales de los pequeños y medianos productores agropecuarios deudores del BNF y la CFN de las deudas vencidas, renovadas, refinanciadas y castigadas, cortadas a partir de la expedición del decreto, sobre el monto de la deuda de $500 a $ 2.000 de capital consolidado.
Dijo que los beneficiarios serían 5.000 pequeños productores agropecuarios cuyos créditos hayan sido entregados para cultivos, comercialización, pasto, ganado, maquinarias agrícolas y mejoras territoriales.
Señaló que el monto total del capital a refinanciarse es de $ 24'810.000, y que el promedio de deudas de capital es de $ 4.962.
Se prevé que la discusión del nuevo Banco de Desarrollo Rural se inicie en los próximos días, sobre la base del borrador del proyecto presentado por el legislador Ricardo Zambrano, y que al momento se encuentra en la Comisión de Soberanía Alimentaria.