Los 20 minutos que duró el diluvio caído el viernes pasado en el sector La Pampa, parroquia Santa Rosa, de Pomasqui, al norte de Quito, fue solo el pretexto para que se produzca el deslizamiento de casi 3.000 metros cúbicos de material.
El hecho, que afectó a 50 viviendas del sector, pero de manera especial a 14 de ellas, en realidad se dio por dos causas: porque las minas o canteras de la zona fueron abandonadas sin responder a un cierre técnico y debido al taponamiento de la quebrada.
Así lo destacó ayer el alcalde Augusto Barrera a la Agencia Pública de Noticias Quito.
Indicó que el incidente, que felizmente no dejó pérdidas humanas, fue producto de la depredación efectuada en ese ecosistema: por el cierre no técnico de la explotación minera y porque los mismos habitantes han taponado el cauce natural de las quebradas. Por la primera causa, anunció que se iniciarán las investigaciones.
Germánico Pinto, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), indicó que en el lugar laboran 35 personas con camiones, una retroexcavadora y una motoniveladora, pues dijo que hay 3.000 metros cúbicos de material que requieren ser removidos. Estimó que en esta tarea laborarán cuatro días.
Mientras, la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) ejecuta el acopio y desalojo del lodo, piedras y troncos arrastrados por el aluvión hacia la vía principal (prolongación de la avenida Simón Bolívar), calles transversales y viviendas.
También se realiza la limpieza y habilitación de sumideros en los accesos que cuentan con sistema de alcantarillado. En esto trabajan 45 personas, 2 tanqueros, 1 hidrosuccionador, 7 volquetas, 1 excavadora de oruga, 1 retroexcavadora, 3 minicargadoras y 1 tractor.
Además, la Epmaps dispuso la dotación de agua potable a través de tanqueros y un punto de hidratación para las familias afectadas.
Para quienes lo perdieron todo se habilitó el albergue del sector La Delicia, además del Fondo de Emergencia de Emseguridad, cuyos recursos podrán ser usados para el arriendo de viviendas temporales para las personas que lo requieran.
Adicionalmente, el Cabildo implementó en el lugar un «puesto de mando», para levantar información, verificar, resolver y ayudar en la recuperación de los bienes que están destruidos, así como para evaluar técnicamente las viviendas para evitar daños mayores. Incluso, se solicitó el apoyo al Ministerio del Interior para que envíe miembros de la Policía, para evitar robos y saqueos a los afectados, quienes ayer continuaban rescatando sus enseres.
«Se ha desplegado un dispositivo enorme para hacer un retiro de todo el material. Se están levantando fichas de cada una de las 14 casas (más afectadas) y de las 56 personas que habitaban en ellas, se instaló el albergue, se entregan raciones alimenticias, se trabaja en la reubicación y, si es el caso, se reactivará el Fondo de Emergencia para el arrendamiento de casas para los afectados», confirmó el Alcalde.
Las familias, cuyas casas no puedas ser recuperadas, podrán ingresar al plan de relocalización, aunque algunas de ellas manifestaron que no abandonarán la zona.