Médicos del hospital Pablo Arturo Suárez de Quito amenazaron este viernes con una renuncia masiva en rechazo a la penalización de la mala práctica profesional en el Código Integral Penal (COIP). Esta mañana se reunieron para discutir sobre el tema.
La gerencia de la casa de salud indicó que hasta el momento ningún galeno había formalizado su dimisión al cargo. De su lado, el cirujano Diego Andrade señaló que «la renuncia es de todos los médicos y de los profesionales de la salud».
«No hay las condiciones para trabajar por el nuevo Código Integral Penal, queremos proteger nuestra libertad y a nuestras familias», sostuvo al recalcar que la medida regirá a partir de que se promulgue la ley, por lo que mientras tanto los pacientes seguirán siendo atendidos en el centro de salud.
«Renunciamos porque sentimos una inseguridad de realizar nuestro ejercicio profesional. El médico estudia toda la vida incluso descuidando a su familia por atender a las personas. No es justo que después de toda una vida de sacrificio terminemos sin profesión como el día de hoy», subrayó más temprano otros de los galenos.
«La única alternativa que hay es que el Presidente de la República vete ese articulado y cambie, nuestra única reivindicación es muy simple, que solo los errores graves o muy graves estén en el Código Penal», declaró por su parte a radio Quito el presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, Alberto Narváez, según recogió el portal Ecuadorinmediato.
Andrade dijo que ya es difícil trabajar para «quién mañana puede mandarnos preso, en protección propia, no puedo ejercer la medicina bajo una presión que es inconcebible», dijo.
La vicepresidenta de la Asamblea, Marcela Aguiñaga, señaló en su cuenta en Twitter que existe desconocimiento al respecto y solicitó a los médicos que lean el tipo penal.
De su lado, pasadas las 13:00, Teresa Santander, representante de la Federación de Enfermeras, dijo de las 162 enfermeras no renunciarán al cargo y que plantean un encuentro «puntual» con el presidente Rafael Correa. El próximo martes, las enfermeras se reunirán para analizar la situación.
Los médicos, mediante un comunicado de prensa,exigen que no se «criminalice su labor ya que en nuestras manos no está garantizar la inmortalidad». Así también dicen que su propuesta es «que la práctica preventiva quede desvinculada del Código Integral Penal y que sea regida por Ley Orgánica de Salud».
Los pacientes protestaron por la posición de los médicos y exigieron la presencia de las autoridades. Hasta el lugar habría llegado personal policial y representantes del Ministerio de Salud Pública (MSP), que aún no han emitido un pronunciamiento oficial. Esteban Jácome, de 46 años, señaló que tuvo un turno a las 07:00 de hoy, pero que recién le atendieron a las 09:30. «Los médicos pidieron disculpas y comenzaron a atender, los perjudicados somos los usuarios, ellos no deben suspender el servicio porque están trabajando con enfermos».
Bella Rivera, de 60 años, tiene problemas en la cadera, «ya no aguanto el dolor en las piernas, hoy me iban a dar un turno para por fin poder operarme, no es justo que no nos den una salida, ya no avanzo con mi dolor», dijo la mujer, mientras caminaba con ayuda de un bastón.
El criterio compartió Carlos Aguirre, de 54 años, «está bien que atiendan con respeto al enfermo y se norme la mala práctica médica, todos hemos escuchado de casos de personas que mueren por mala atención, es importante esta norma, porque les exigirá a los médicos a trabajar con cuidado».
Miriam Loor, en cambio, se encuentra hospitalizada en el Hospital Pablo Arturo Suárez. Tiene cálculos en la vesícula, «los médicos son extraordinarios, no está bien que por justos paguen pecadores, no debería sancionarse la mala práctica médica». El criterio compartió maría Tipán, quien sostuvo «son médicos preparados no asesinos».
Desde las 10:00, la atención se normalizó en el Hospital. Los usuarios solicitaron que las medidas de hecho de los médicos no afecte a los enfermos, «que no vuelvan a paralizar el servicio, aquí no viene gente sana, sino enferma», dijo Guadalupe Santillán, de 56 años.