En apenas dos minutos, 2. 343 replicas tuvo el tuit del presidente ecuatoriano Rafael Correa en el que invitaba a la revista The Economist a visitar la Amazonía ecuatoriana para comprobar el desastre que dejó la transnacional Chevron en el país.
Con este mensaje «@TheEconomist you're invited to see the pollution, sickness and death @Chevron left in Ecuador» enviado durante el Enlace Ciudadano 342, el primer mandatario invitó a la ciudadanía de Ecuador y del mundo a defender la soberanía del país.
«Vamos a reproducir este mensaje para decirles 'ustedes mintieron'. Vengan a meter la mano en las piscinas para que vean la mano sucia de Chevron», sostuvo.
The Economist afirma que la campaña «La mano sucia de Chevron» es una estrategia para desviar la atención de los ambientalistas por el tema Yasuní ITT y señala que «el hoyo de brea en el que Correa metió la mano este mes es responsabilidad de Petroecuador una compañía estatal».
Durante 26 años, entre 1964 y 1990, la petrolera estadounidense Texaco explotó el crudo ecuatoriano, en lo que hoy son las provincias de Sucumbíos y Orellana. Tras su salida del país, la empresa dejó en aquella zona pasivos ambientales contabilizados en más de 18 millones de galones de desechos tóxicos vertidos en ríos y riachuelos.