La declaración de Ban ensombrece las conversaciones entre los jefes de la diplomacia de Estados Unidos y de Rusia, que proseguían por segundo día consecutivo en Ginebra, con la esperanza de que un avance sobre el control de armas químicas facilitará la celebración de una conferencia de paz.
En Nueva York, Ban Ki-moon estimó que el informe de expertos de la ONU confirmará «de manera concluyente la utilización de armas químicas» en Siria, aunque no atribuyó directamente la responsabilidad de su utilización al régimen sirio.
Sin embargo, acusó claramente al presidente Bashar al Asad de haber «cometido numerosos crímenes contra la humanidad» y dijo estar «convencido de que los responsables rendirán cuentas cuando todo haya acabado».
El informe de los expertos de la ONU que investigaron en el lugar de los hechos las acusaciones de masacre con armas químicas el pasado 21 de agosto, cerca de Damasco, se espera el lunes, según París. Su mandato no prevé sin embargo que designen a los responsables del ataque.
En Ginebra, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo estar determinado, junto a su homólogo ruso, Serguei Lavrov, a «trabajar juntos, empezando por la iniciativa sobre las armas químicas, con la esperanza de que nuestros esfuerzos traigan resultados y aporten paz y estabilidad a esta región».
«Ambos acordamos […] reunirnos nuevamente en Nueva York más o menos cuando se celebre la Asamblea General de la ONU, alrededor del día 28, para ver si es posible encontrar una fecha para esa conferencia» de paz sobre Siria, añadió.
Tras una reunión en la que participó también el emisario de Naciones Unidas y de la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, Lavrov reafirmó el compromiso de Rusia a favor de una conferencia de paz. Llamó a «todos los grupos de la sociedad siria a que sean representados».
«Las partes sirias deben llegar a un consentimiento mutuo sobre el órgano de gobierno de transición que dispondrá de toda la autoridad», insistió.
Brahimi está a cargo de la preparación de una conferencia internacional, conocida como «Ginebra 2», para encontrar una solución política al conflicto sirio que ha dejado ya más de 110.000 muertos, pero su misión está bloqueada desde hace varios meses debido a una falta de consenso internacional.
La Coalición Nacional de la oposición siria, reunida por dos días en Estambul para tratar de formar un gobierno provisional, consideró el viernes en un comunicado que las «promesas del régimen sirio» para poner bajo control internacional sus armas químicas, «no son más que nuevas tentativas para engañar a la comunidad internacional e impedirle castigarle por sus crímenes».