Una seria de ataques registrados en Bagdad y sus alrededores este miércoles causaron la muerte de al menos 54 personas y heridas a 190, según fuentes de la Policía iraquí.
Los atentados se produjeron al comienzo de la jornada, en una hora de mucha afluencia en las calles, y el balance podría se aún mayor. En el más grave de los ataques, hombres armados desconocidos irrumpieron en una casa en la zona de Al Latifiya, a 15 kilómetros al sur de la capital, y asesinaron a una familia compuesta por siete miembros.
También se registraron explosiones producidas por coches bomba y dos ataques suicidas, principalmente en zonas chiitas de Bagdad. También resultaron afectados dos barrios mixtos.
Los atentados ocurrieron a pesar de las operaciones de seguridad ampliamente pregonadas por el gobierno, criticado en las últimas semanas por su incapacidad a contener la peor ola de violencia en Irak desde 2008.
Dos atentados con bomba en el barrio de Jisr al Diyala, dejaron al menos siete muertos y 21 heridos. Un kamikaze se hizo estallar en un mercado del barrio de Kadhimiyah, matando a tres personas. En Mahmoudiya, 30 km al sur de Bagdad, otro kamikaze hizo estallar el coche bomba que conducía en una retén policial, matando a tres personas.
En Madain, también al sur de la capital, una bomba estalló al paso de una patrulla militar, dejando cuatro muertos y tres heridos.
Un coche bomba mató a cuatro personas en Jadida y otras cuatro murieron en Shaab, un barrio del norte de Bagdad. En ambos casos las explosiones destruyeron varias viviendas, lo que causó una reacción de los vecinos contra las autoridades.
Las explosiones también sacudieron a otros grandes barrios chiitas como Kadhimiyah y Sadr City.
Ningún grupo se atribuyó por el momento la responsabilidad de los ataques, pero este tipo de atentados son cometidos en general por militantes sunitas vinculados a Al Qaeda que atacan a los musulmanes chiitas, considerados apóstatas.