Más de tres años después de su arresto, el soldado estadounidense Bradley Manning fue condenado este miércoles a 35 años de cárcel y expulsado del Ejército con deshonor por la filtración de más de 700.000 documentos clasificados a WikiLeaks.
La sentencia fue leída por la jueza que preside el proceso, Denise Lind, en un tribunal militar de Fort Meade, cerca de Baltimore, poniendo fin a casi tres meses de juicio y una larga batalla legal sobre las intenciones del ex analista de inteligencia cuando se puso en contacto con el portal que dirige Julian Assange.
El soldado no mostró reacción visible al escuchar la condena en su contra, que se verá reducida en 1.294 días por el tiempo ya pasado en prisión desde su detención en mayo de 2010 en Irak y por el trato abusivo que recibió en sus casi nueves meses de reclusión y aislamiento en Quantico (Virginia).
Además, la jueza ordenó que Manning sea expulsado con deshonor de las Fuerzas Armadas por sus delitos, que ahora pasarán automáticamente a un tribunal de apelaciones del Ejército.
Manning se enfrentaba a un máximo de 90 años tras ser encontrado culpable a finales de julio de 20 de los 22 cargos de que se le imputaba, incluidas varias violaciones de la ley de espionaje, robo de información gubernamental y abuso de su posición de analista en Irak, aunque fue absuelto del cargo más serio, el de ayuda al enemigo.
La Fiscalía, en representación del gobierno estadounidense, pidió el lunes pasado un mínimo de 60 años de cárcel para el joven. El abogado de Manning pedía no más de 25, porque para entonces, algunos de los documentos que filtró serán desclasificados y habrán prescrito.
Previsiblemente, el joven estadounidense, que durante el juicio se inculpó de los cargos más graves y pidió perdón y una segunda oportunidad, deberá cumplir un tercio de la condena antes de poder optar a la libertad condicional.
El complejo proceso ha sido visto como un precedente único ante futuros intentos de denunciar abusos militares ante la opinión pública.
Además, los abogados de WikiLeaks consideran que el juicio contra Manning intenta poner las bases para procesar eventualmente al fundador del portal, Julian Assange, que ha sido presentado por la acusación como cómplice en las filtraciones.
Desde su puesto de analista de inteligencia en Irak, que ocupó durante algo más de medio año hasta su detención, Manning recopiló y transfirió a WikiLeaks casi medio millón de registros de las guerras de Irak y Afganistán, más de 250.000 cables diplomáticos o el vídeo «Collateral Murder», en el que una patrulla aérea mató en 2007 a al menos 9 civiles, incluido un fotógrafo de Reuters y su conductor.