Los países suramericanos aprovecharon un seminario sobre vigilancia de áreas especiales organizado hoy por Brasil en la ciudad amazónica de Manaos para avanzar en las negociaciones para la creación de la llamada Escuela Suramericana de Defensa, informaron fuentes oficiales.
«Queremos una escuela de defensa regional que refleje nuestro ángulo de ver el mundo y este seminario es parte de eso», afirmó el ministro brasileño de Defensa, Celso Amorim, en declaraciones que concedió a periodistas tras la instalación del Seminario Suramericano de Vigilancia de Áreas Especiales.
Además de Amorim, a la cita acudieron los ministros de Defensa de Ecuador, María Fernanda Espinosa, y de Colombia, Juan Carlos Pinzón, quienes tuvieron sendas reuniones paralelas, así como representantes de alto nivel de los demás países suramericanos.
El ministro brasileño dijo que en las conversaciones fue abordada de nuevo la creación de una escuela o de un colegio de defensa para la región que refleje la visión y necesidades de Suramérica.
Según Amorim, el objetivo es contar con una escuela que le permita a Suramérica «desarrollar un pensamiento o doctrina unificada para la defensa» y «mejorar las relaciones, con iniciativas para la creación de confianza u operaciones como las que (Brasil) promovemos en nuestras fronteras y a las que invitamos a los vecinos».
En una referencia a la «Escuela de las Américas», una hoy cuestionada iniciativa de los Estados Unidos para la formación de oficiales de toda América Latina, el ministro aseguró que, «respetando otras iniciativas del pasado que pueden haber tenido utilidad en determinada época», Suramérica necesita de una escuela de defensa que refleje su visión.
«Necesitamos de un Colegio Suramericano de Defensa que vea el mundo bajo la óptica de Suramérica y no de otras ópticas, como la óptica de la guerra fría u otras ópticas que existen y que son respetables pero que no son nuestro ángulo de ver el mundo», dijo.
Agregó que la coordinación administrativa de la institución puede estar en Ecuador, por ser el país en que tiene su sede la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) pero advirtió que la dirección tiene que ser «plural y diversificada».
«Nuestra presencia en Manaos tiene que ver con el interés de Ecuador en fortalecer el Consejo de Defensa Suramericano como espacio de articulación, de construcción de un pensamiento estratégico conjunto y de acción colectiva para defender nuestra soberanía y nuestros recursos», dijo por su parte Espinosa.
La ministra ecuatoriana agregó que la posible Escuela de Defensa Suramericana puede ayudar a los países de la región a colocar sobre la mesa todos los conocimientos y la tecnología que dominan para compartirlos y optimizarlos.
Según la representante ecuatoriana, la escuela es el espacio apropiado para «optimizar nuestros mecanismos de conocimiento y de control de la región amazónica» para que podamos combatir conjuntamente «los delitos en la región como la minería ilegal, el narcotráfico y tráfico de armas».
Amorim aclaró que Brasil organizó el seminario, que se extenderá hasta el viernes, precisamente para difundir la experiencia que ha adquirido en sistemas para vigilar la Amazonía, con la ayuda de satélites y radares, y otras áreas especiales, como sus fronteras con los países vecinos.
Aclaró que el seminario es un espacio para el intercambio de experiencias exitosas, ya que Brasil también tiene mucho que aprender de sus vecinos, y agregó que el objetivo es que la región pueda adoptar un sistema conjunto de vigilancia.
Pinzón, por su parte, afirmó que la cita de Manaos permitió fortalecer la cooperación entre los países de la región para luchar contra los crímenes que amenazan las fronteras amazónicas.
«Estamos convencidos de que es necesario colaborar para proteger nuestra Amazonía. El narcotráfico y la minería criminal son las principales amenazas a la biodiversidad y a los recursos naturales de la región por ser actividades que financian las organizaciones criminales que violan las fronteras», afirmó.
El ministro colombiano manifestó la especial preocupación de su país por la explotación clandestina de minerales, como tungsteno, que se ha convertido en una fuente de finanzas para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia