Algunos de los dirigentes de Pachakutik en Bolívar estarían analizando su separación del movimiento político, luego del congreso nacional que se realizó el fin de semana pasado en Santo Domingo.
Ramsses Torres, presidente del Comité Electoral Interno e integrante de esa jurisdicción, dice que la agrupación no realizó un análisis político, ni definió estrategias electorales en el séptimo congreso, en donde se eligió la nueva coordinación, que recayó en Fanny Campos (Imbabura).
A Torres le sorprendió la actitud de varios dirigentes y asambleístas de la agrupación, y sostuvo que «uno es el discurso que ellos dan hacia afuera y otro el que se da adentro o ni siquiera se da».
Le llamó la atención que en el cónclave no se analizaran sanciones a lo que llama «la antiética electoral» de dirigentes que siendo de Pachakutik trabajaron con otras organizaciones y que en el congreso hubo «indefiniciones en el análisis político y de estrategia electoral».
Ese criterio comparte Eduardo Cáliz, coordinador cantonal de Pachakutik en San Miguel de Bolívar. Él sostiene que el movimiento toma decisiones unilaterales, «hemos renunciado, no podemos estar mezclados, nosotros somos de izquierda, pero no podemos estar con compañeros que ni si quiera saben de dónde son».
Y afirma que saldrían los siete coordinadores de Bolívar y «solo se quedaría el dirigente provincial (Medardo Chimbolema) «porque estaría pensando hacer una alianza con el movimiento de gobierno».
Oswaldo Castillo, coordinador cantonal de Las Naves (Bolívar), asegura que en Pachakutik hay interés político de ciertos dirigentes que no lograron su espacio.
Sin embargo, Chimbolema desconoce el malestar de los compañeros. Cuenta que en el congreso de Santo Domingo, la coordinación nacional de Pachakutik cuestionó de dónde vino una supuesta agenda de análisis de sanciones a ciertos dirigentes que no había sido aprobada por el comité ejecutivo nacional de la agrupación. «El congreso, por decisión unánime, decidió no tratar ese punto y eso a lo mejor le incomodó, porque la responsabilidad de la supuesta agenda recayó en la presidencia del Comité Electoral», dice Chimbolema.
Torres argumenta que puso su salida a consulta de los dirigentes de las bases y de las organizaciones sociales de las comunidades de la provincia. Chimbolema aclara que aquella decisión no ha sido confirmada por escrito.
Torres cree que la falta de aplicación de sanciones se dio porque la nueva coordinación llegó al poder respaldada por la dirigencia de Miguel Lluco, quien -a su criterio- debió ser sancionado por trabajar con el movimiento PAIS. Sin embargo, Lluco argumenta que jamás ha traicionado a la organización, sino que respeta el acuerdo ético político que firmó Pachakutik en Chimborazo en 2006.
Torres considera que en el congreso hubo un «relativo desinterés y quemeimportismo de las autoridades. Ninguno de los asambleístas tuvo una posición frontal, de firmeza, en actitud de defender los principios y las resoluciones de Pachakutik». Sostiene que Cléver Jiménez no intervino cuando debió hacerlo, así como tampoco lo hizo Lourdes Tibán ni César Umaginga.
«Las alianzas con el oficialismo y otras organizaciones quedan en libertad; entiendo que las alianzas se resolverán en función de sus propios conflictos de intereses, en sus jurisdicciones. No hubo una clara definición política», afirma Torres, quien comenta que la lista de Fanny Campos recibió apoyo de Chimborazo. Chimbolema asegura que su dirigencia no responde a intereses de personas, sino a colectivos, «no vamos a dar pasos a intereses personales».
Este Diario intentó conversar con la nueva coordinadora de Pachakutik, sin embargo, hasta el cierre de la edición Campos mantuvo su teléfono celular apagado.