Impulsar y fortalecer la Economía Popular y Solidaria (EPS) en Ecuador son unas de las estrategias que desarrolla el Gobierno Nacional para promover el cambio de la matriz productiva durante los próximos cuatro años.
Ximena Grijalva, directora nacional del Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria (IEPS), destacó que en términos de generación de empleos, la EPS crea más del 60% de trabajo autónomo y el 55% de los alimentos que consumimos a nivel urbano es producido por personas que participan en esta actividad.
«Es un sector que debe ser fortalecido y apoyado en su construcción, pues la organización de estos actores tiene principios de solidaridad, de propiedad colectiva, de los bienes de producción, de distribución equitativa, de los excedentes y las utilidades que también generan», señaló la funcionaria.
De su parte, Doris Soliz, ministra de Inclusión Económica y Social (MIES), indicó que la EPS apuesta por un nuevo modelo que reduzca la pobreza y construya la justicia social a nivel regional.
Precisó que un 71% del emprendimiento económico popular se desarrolla en la zona rural, mediante la agricultura, ganadería, caza y silvicultura (cultivo y explotación de los bosques o montes), mientras que otras actividades, como la manufactura, turismo, entre otros, aportan un 29%.
Santiago Vásquez, representante de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), consideró que la importancia de este sector de la economía radica en las diversas formas de reproducción y en la alta representación dentro del sistema económico, ya que representan el 26% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
En tanto, para Farid Eid, profesor de la Universidad Federal de Pará de Brasil, la economía popular y solidaria «aporta al desarrollo y organización de cadenas productivas, a la calificación profesional de las personas y la cooperación entre los emprendimientos, con el fin de evitar experiencias aisladas, efímeras, de pequeña escala de producción».
El experto brasileño considera que este proceso requiere de un compromiso por parte de las universidades, de los centros de investigación y de las pequeñas empresas locales para que promuevan el trabajo colectivo y sea dirigido a las estrategias de desarrollo.
José Luis Coraggio, investigador y docente argentino, resaltó que para impulsar el cambio de la matriz productiva es necesario fortalecer la economía popular y solidaria. «Se piensa que el cambio de la matriz productiva significa que Ecuador deje de depender de la venta de materias primas y pase a agregar valor y a desarrollar industrias de punta con alta tecnología, etc.; todo esto llevará tiempo, pero nada de eso se puede construir sin una economía popular», acotó.
Precisó que la economía popular necesita que se desarrollen las industrias para que el país sea más autónomo y no esté en manos de las políticas de otros países. «Si se desarrolla todo eso sin la EPS es como tener un gigante con los pies de barro, entonces necesitamos las dos cosas».
Para Euclides Mance, filósofo brasileño, el rol de la economía popular y solidaria para el desarrollo de América Latina es fundamental, porque en esta actividad existen las bases que permitirán su desarrollo económico. «Latinoamérica puede depender de la lógica de la concentración capitalista o construir sistemas económicos solidarios que son las bases de un verdadero socialismo del buen vivir», acotó.