El Estero Salado, una de las tres reservas naturales que hay en el Golfo de Guayaquil, constituye el 10% (10.635 hectáreas) del total del ecosistema de manglares que sobrevive en el país pese al desarrollo urbano en las últimas cuatro décadas.
Las condiciones de la flora y fauna del afluente fueron debatidas, el pasado viernes, durante un foro que se desarrolló por el Día Internacional de la Defensa del Manglar, en el edificio Makro.
Paola Calle, subdecana de la Facultad de Ingeniería Marítima Ciencias Biológicas, Oceánicas y Recursos Naturales de la Espol, reveló que un estudio reciente determinó que el 80% de manglares del país se encuentra en el Golfo de Guayaquil.
La entidad educativa desarrolló una investigación para determinar los niveles de impactos antropogénicos (efectos, procesos o materiales causados por actividades humanas) en el Estero Salado.
El estudio se realizó en tres puntos del afluente que tiene 60 km de longitud: Av. Barcelona, Cdla. Kennedy y Miraflores. En 31 km2 de riberas de manglar está urbanizado el 82% (25 km2).
«Guayaquil se constituye en la zona de mayor impacto para el estero debido a la cantidad de desechos que genera en temporada seca e invernal», explicó Calle.
La contaminación llega por distintas vías: basura, aguas servidas y contaminantes industriales. «La mayoría de actividades de la urbe, de una manera u otra, termina en el estero».
El Ministerio del Ambiente (MAE) detectó 18 cuencas de alcantarillado de aguas lluvias (AALL) que descargan en diversos ramales del norte, centro, sur y suroeste de la ciudad.
Según la Espol, esto fue un factor determinante para los altos niveles de metales y bajos niveles de oxigenación en el estero. La situación es más crítica en el centro de la ciudad que en zonas periféricas de la reserva, como Puerto Hondo.
Xavier Cornejo, biólogo y docente de la Universidad de Guayaquil, expuso que la urgencia de educar a la población acerca de la plantación de especies, en la tarea de reforestación, que pueden perjudicar el ecosistema de manglar. «Si no se conoce lo que se siembra, de forma inconsciente, se puede incidir en la desaparición de especies de mangle dentro de la urbe».
Cornejo registró, en los últimos cinco años, 218 especies de plantas en los manglares del Pacífico Sur, desde Colombia hasta Perú. En Ecuador identificó a las especies: mangle rojo (rhizophora mangle y rhizophora racemosa) y mangle caballero (rhizophora harrisonni), que es de origen híbrido.
«Es imperioso crear un banco genético de semillas para obtener especies puras de mangle. Existen miles de hectáreas de bosque de manglar que son híbridas», aseguró Cornejo.
El MAE informó que la provincia del Guayas registra 17 acuerdos para el cuidado del manglar, con una extensión de 37.949,34 hectáreas, que corresponden al 68,7% del total del manglar concesionado en el país. Además se trabaja en la oxigenación del Estero Salado.