Un terreno que era utilizado como bodega para almacenar llantas usadas se incendió ayer en el barrio Juan Montalvo, al noroccidente de la ciudad de Riobamba.
El flagelo fue reportado a las 15:30 a la estación de bomberos de Santa Rosa. Y tras ello, acudieron al lugar 30 «casaca rojas», cuatro motobombas, 80 miembros de la Policía Nacional, integrantes del Ejército y cinco elementos de la Cruz Roja; sin embargo, fue necesario solicitar tanqueros al Consejo Provincial y a la Brigada de Caballería Blindada N° 11 Galapagos, pues el agua no abastecía para apagar las llamas.
Hermuy Calle, gobernador de la provincia y cabeza del Comité de Operaciones Emergentes (COE), señaló que aunque no se presentaron víctimas humanas, la contaminación ambiental fue impactante. «Este es un material de fácil combustión por lo que pudo ocasionar grandes pérdidas y víctimas. Además, se daña el ambiente pues son llantas quemadas que afectan a la ciudadanía y a la naturaleza. Por suerte, se hizo el llamado a tiempo para que todos los que forman el COE trabajen en conjunto», afirmó.
Los habitantes de la capital chimboracense pudieron visibilizar la enorme columna de humo negro desde diversos puntos de la ciudad; se estima que esta alcanzó los cinco kilómetros de altura.
Kary Mancheno, quien vive en el sector de la Condamine (centro de la ciudad) divisó la humareda desde su casa. «Estaba haciendo compras en el mercado cuando vi que la gente miraba y miraba hacia el norte.
Entonces me fijé en el humo que se parecía al que emite el volcán Tungurahua; pero esta vez la dirección era distinta. La gente empezó a comentar que tal vez se trataba de la gasolinera que está por la Politécnica porque el humo era intenso y enseguida, se escuchó el sonido de sirenas por toda la ciudad», contó.
En otro sector de la urbe, cerca al barrio Loma de Quito se encontraba Fernando Cisneros, quien también pudo ver desde su oficina la nube negra. «Estábamos con un amigo cuando él me dijo como broma que había un nuevo volcán al norte; entonces me acerqué a la venta y era increíble la cantidad de humo que se veía por el lado de Licán», dijo.
Pero mientras en los barrios alejados del flagelo la ciudadanía se asombraba por la espesa humareda, en los barrios cercanos el mal olor que expedían las llantas quemadas afectó a la población.
«El olor era insoportable. Yo venía desde Colta cuando me encontré con el incendio y había una pestilencia horrible», relató el conductor Marco Prieto.
Hasta anoche se desconocía el nombre de los dueños del lugar y se espera la investigación para determinar las causas del flagelo, así como la contabilización de las pérdidas materiales.
Manuel Redrobán, comandante de la Subzona Chimborazo de Policía, señaló que se presentaron en el sitio para mantener a las personas alejadas del flagelo. «Muchos curiosos se acercaron hasta el lugar y en muchas ocasiones no permitían a los bomberos realizar su trabajo. Por ello se dispuso que se mantenga el control, pues debemos precautelar la seguridad de las personas», declaró el oficial.
A los equipos de socorro que acudieron a la escena, les tomó cerca de dos horas controlar las llamas. Se reportó que cerca del terreno existen dos viviendas, en las cuales no se encontró a ninguna persona; pero las casas fueron afectadas por el humo y el mal olor. En este sector de la ciudad se ubican también varias vulcanizadoras, aserraderos y depósitos similares al que fue afectado por las llamas la tarde de ayer.
Personal policial acordonó el área para evitar la presencia de curiosos luego de apagado el incendio.