Está amenazada. Un grupo de estudiantes conflictivos ya la sentenció: en cualquier momento podría sufrir un atentado.
La rectora de uno de los colegios (omitimos el nombre por su seguridad) ubicados en el suroeste de Guayaquil no está tranquila ante la certeza de saber que varios alumnos de la entidad que dirige quieren hacerle daño, debido a la lucha que ella ha emprendido para erradicar el microtráfico del plantel educativo.
La rectora vive una continua angustia, lo que la ha obligado a cambiar su rutina de manera drástica. «Mi vida es otra desde hace tiempo. Ya no vengo sola al colegio, me cuido bastante, ya que hay alumnos que me quieren 'dar vire', como ellos dicen», dice la educadora, quien también ve reflejado este problema en su entorno familiar. «Ya no puedo salir con mis hijos, por miedo a que les hagan algo a ellos también. Antes tenía las fotos de mis hijos aquí en la oficina, pero las he tenido que quitar, para evitar que alguien los reconozca y les hagan daño», confiesa.
La rectora y otros profesores tienen constantes reuniones con los padres de familia. La semana anterior encontraron a dos alumnos con droga dentro del colegio. «Fue algo muy feo para todos, ya que la madre de uno de los alumnos estaba aquí e incluso se arrodilló ante los policías para que no se llevaran a su hijo».
En el centro educativo hay un plan estratégico para erradicar las drogas. Todos los días hay padres de familia en el establecimiento, quienes se turnan para vigilar de cerca lo que hacen sus hijos y representados en las horas de clases. Esto ha ayudado a bajar los índices de peleas.
Cuando los policías se llevaron a los dos alumnos del colegio, uno de los familiares recriminó a la rectora. La acusó de que ella era la responsable de lo que sucedía en la unidad educativa. «Los padres se ciegan ante estas situaciones y no reconocen que los problemas vienen desde casa. Gracias a Dios, son pocos los padres que se 'cierran' ante estos problemas; la mayoría quiere ayudar».
En lo que va del año, la Dirección Nacional de Antinarcóticos ha capturado alrededor de 4 toneladas de droga que era destinada para el microtráfico. Gran parte estaba dirigida para la venta en los colegios a nivel nacional.
Además de encontrar droga en las continuas requisas que realiza en el colegio, hace varias semanas la rectora halló un arma de fuego. «Una vez buscaba droga y encontré un arma, a la siguiente vez buscaba armas y encontré droga. No sé qué pasa con la juventud», manifiesta con pesar la educadora.
El caso de esta docente, con más de 20 años en el magisterio, es similar al de un rector de otro colegio del suburbio de Guayaquil. El educador asegura que fue amenazado de muerte por unos alumnos, luego de denunciar a las autoridades que una red de microtráfico operaba en el plantel que dirige.
Padres de familia de esa entidad estudiantil muestran su apoyo al rector, quien procura pasar mayor tiempo en su oficina que en los patios del establecimiento. «El profesor quiere ayudar a nuestros hijos y nosotros no lo vamos a dejar solo. Hay mafias aquí por el tema de la droga y las vamos a combatir», asevera una de las madres de familia.
Pero así como hay padres y docentes que se muestran prestos a enfrentar al microtráfico de droga en los colegios, también hay profesores que prefieren no arriesgar su seguridad y tratan de no meterse de lleno en esta problemática. «El rector del colegio nos pidió que estemos pendientes del tema y que acusemos a quienes están con drogas. Pero se debe entender que nosotros también tenemos familia y que debemos cuidarnos. Es una amenaza constante», expresó el inspector de uno de los establecimientos educativos ubicados en el centro de la ciudad.
En los últimos dos meses, una educadora afirmó haber sido drogada por sus alumnos. Asimismo, dos casos más se registraron en otros planteles porteños.
Los docentes concordaron en que sentirse amenazados es un tema que lleva mucho tiempo. «Diez años atrás eran las pandillas y la droga a menor escala. Ahora el tema de la droga predomina, ya que no son pandillas, sino mafias dentro de los colegios. Tenemos que combatirlas y las autoridades están trabajando en eso», indica uno de los profesores afectados.
En los establecimientos, los sobres de marihuana son vendidos a un dólar. Además, entre otras drogas, se consume heroína.
AGUIRRE ABAD ES INTERVENIDO POR MINISTERIO
El colegio Aguirre Abad, de Guayaquil, es una de las entidades que mayores problemas de drogas presenta en la actualidad. Ante esta situación, el Ministerio de Educación decidió intervenir la institución y tomar medidas para evitar que el microtráfico siga afectando a los alumnos.
Entre las acciones que ejecutará la cartera de Estado está la integración de más psicólogos al plantel, para que trabajen en la problemática de las drogas junto con profesores y padres de familia. Los docentes serán capacitados en temas preventivos y de conflictos.
Según destacó el ministro de Educación, Augusto Espinosa, en un mes se verán los resultados en este emblemático colegio.
El titular de la cartera de Estado informó que otros colegios serán intervenidos en caso de que el problema de las drogas siga en aumento entre los estudiantes.
El proyecto del Ministerio de Educación se realiza a la par con los trabajos que desarrollan el Ministerio del Interior y la Policía Nacional, con el fin de desarticular las bandas que operan, tanto en los exteriores de los colegios como entre el alumnado.