El exanalista de la CIA, Edward Snowden, que filtró secretos del espionaje estadounidense, solicitó formalmente asilo temporal a Rusia, informó el abogado Anatoli Kucherena, miembro de la Cámara Pública rusa, un organismo consultivo adjunto al Kremlin.
El estadounidense presentó la solicitud al Servicio Federal de Migración (SFM) de ese país. El abogado agregó que Snowden tomó la decisión después de una reunión entre ambos en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú.
«Dado que Snowden no puede abandonar la zona de tránsito de Sheremetyevo, ha rellenado allí todos los impresos, ha escrito la solicitud y la ha entregado a un funcionario del SFM invitado para este fin», precisó.
«El asilo temporal es una especie de 'estatus humanitario' o aplazamiento de la deportación», señala la página web de dicho órgano estatal.
La aceptación a trámite de la petición de asilo temporal por el SFM otorga automáticamente al solicitante el derecho a permanecer en el país hasta que haya una resolución, para lo cual se establece un plazo máximo de tres meses.
Este estatus se concede por un año y es prorrogable a otros períodos de igual duración.
Snowden quedó varado en la zona de tránsito internacional del aeropuerto moscovita desde que llegó a Hong Kong el 23 de junio. El viernes, durante una reunión con activistas de los derechos humanos y figuras públicas de Rusia, dijo que buscaría al menos refugio temporal en ese país hasta que pueda volar a América Latina.
Venezuela, Bolivia y Nicaragua han manifestado su voluntad de acogerlo, pero sería difícil viajar a esas naciones sin pasar por el espacio aéreo estadounidense o de aliados de Washington. Estados Unidos ha anulado su pasaporte.
El lunes, el presidente ruso Vladimir Putin subrayó que Snowden llegó a Moscú «sin invitación», solo con la intención de tránsito a otro destino.
Sin embargo, el jefe del Kremlin dijo que el país norteamericano intimidó a otros gobiernos para que no aceptaran a Snowden, con lo que efectivamente le impidieron seguir viajando.
También recordó la condición que él mismo impuso al exanalista de la CIA desde el primer momento de su llegada a territorio ruso: cesar las actividades contra los intereses de Estados Unidos.