Al menos 51 personas murieron este lunes en disparos a manifestantes partidarios de Mohamed Morsi en El Cairo. Los incidentes fueron calificados como «matanza», por los Hermanos Musulmanes, que llamaron a un «levantamiento» contra las nuevas autoridades.
El suceso se produjo al alba, cuando soldados y policías dispararon contra los manifestantes favorables a Morsi que rezaban frente a la sede de la Guardia Republicana, denunciaron los Hermanos Musulmanes en un comunicado.
Estos incidentes causaron 51 muertos y 435 heridos, dijo un responsable de los servicios de urgencia sin precisar si se trataba exclusivamente de manifestantes islamistas.
El portavoz del ministerio del Interior, Hani Abdulatif, y el del Ejército, Ahmed Ali, aseguraron hoy en una rueda de prensa que dos policías y un oficial del Ejército se encuentran entre las víctimas mortales.
Al igual que los Hermanos Musulmanes, el partido salafista egipcio Al Nur denunció una «matanza» y anunció que se retiraba de las discusiones sobre la elección de un primer ministro y la formación de un gobierno de transición.
El partido Al Nur era un socio islamista de la coalición mayoritariamente laica que apoya el derrocamiento de Morsi el miércoles pasado.
La tensión en Egipto no ha cesado desde el miércoles pasado, cuando las Fuerzas Armadas derrocaron y detuvieron a Morsi. Los enfrentamientos entre manifestantes favorables y opositores causaron decenas de muertos.
Este lunes varios manifestantes dijeron que se habían registrado tiroteos y disparos de gases lacrimógenos en circunstancias que siguen siendo confusas.
Otros testigos contaron que las fuerzas de seguridad habían disparado al aire para dispersar a los manifestantes y que los disparos fueron hechos por «hombres de civil».
Las Fuerzas Armadas por su parte acusaron a «terroristas armados» de haber intentado atacar el cuartel general de la Guardia Republicana, dejando un saldo de un oficial muerto y varios soldados heridos, entre ellos seis en estado crítico.
Las Fuerzas Armadas denunciaron también la captura de dos soldados que fueron obligados a hacer declaraciones favorables a Morsi. Los dos soldados lograron escapar.
El barrio donde ocurrieron los enfrentamientos, sobrevolado por helicópteros, estaba cercado por retenes de las fuerzas de seguridad.
Paralelamente, el Partido de la Justicia y de la Libertad (PJL), fuerza política de los Hermanos Musulmanes, llamó en una declaración escrita al «levantamiento del gran pueblo de Egipto contra los que intentan robarle su revolución con tanques».
El PJL también exhortó a «la comunidad internacional, a los grupos internacionales y a todos los hombres libres del mundo a que intervengan para impedir otras matanzas y la aparición de una nueva Siria en el mundo árabe».
Pocas horas después, la Fiscalía egipcia ordenó el cierre de la sede central en El Cairo del PJL después de que la policía descubriera armas en su interior, informaron fuentes de seguridad.
Por su parte, el dirigente opositor Mohamed El Baradei condenó la muerte de las 42 personas frente al cuartel general de la Guardia Republicana y pidió una investigación independiente.
El ministro turco de Relaciones Exteriores, Ahmet Davutoglu, condenó «en nombre de los valores fundamentales de la humanidad» una «matanza perpetrada durante la oración de la mañana».