Dos días después de que el presidente boliviano, Evo Morales, fue impedido de sobrevolar cuatro países europeos, los gobiernos latinoamericanos asistieron a una reunión convocada por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para alistar medidas concretas de desagravio.
A su llegada a Bolivia, el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, aclaró que la reunión no se trata de victimizaciones, sino para hacerse respetar. «O nos graduamos como colonias o nos mantenemos y perpetuamos como Estados libres, soberanos e independientes, como son los pueblos de nuestra América», resaltó.
Los jefes de Estado latinoamericanos participaron en una muestra de respaldo en Cochabamba, protagonizada por las organizaciones sociales de Bolivia que ratificaron su rechazo a la posición de los países europeos y defendieron a su gobernante.
Correa recordó a los bolivianos que los pueblos no son enemigos; por ello resaltó las palabras que constan en la Carta de Independencia de Estados Unidos como el reconocimiento de los derechos e igualdad de las personas.
«Ahora en Latinoamérica estamos en revolución con la pobreza. Rechacemos la política imperialista y el neocolonialismo. Qué pena que ahora se siga teniendo esa doble moral; qué hubiera pasado si el secuestro hubiera sido en nuestros pueblos, seguro ya estaríamos enjuiciados, pero como es lo contrario, no pasa nada», reclamó.
El mandatario ecuatoriano criticó la manipulación de la información de los medios de comunicación que han puesto como el enemigo principal a «ese joven de 29 años (Edward Snowden)», dijo.
El gobernante cuestionó que varios países de la región intentaran impedir la realización de la Cumbre de Unasur en Cochabamba. «Se han prestado para el abuso en lugar de pedir explicaciones por el espionaje en sus países», detalló.
Maduro también criticó la postura que calificó de imperialista. «Lo que ha hecho el Gobierno de España es infame, pretender revisar el avión de un presidente sudamericano. ¿Qué se cree ese presidente Rajoy, que los sudamericanos somos esclavos de ustedes? Abusador», reclamó Maduro. Señaló también que evaluará las relaciones con España.
Maduro y Correa se unieron a los presidentes de Uruguay, José Mujica; Surinam, Desiré Bouterse; y Argentina, Cristina Fernández; así como las delegaciones de los otros países integrantes de la Unasur.
Evo Morales describió cómo sucedieron los hechos cuando lo retuvieron en Viena e intentaron revisar el avión presidencial. «Nuestro delito es ser presidente indígena y sobre todo antiimperialista, no aceptan que nosotros podemos gobernar mejor. Usan a su gente para intimidar a América Latina y no quieren que haya una independencia de la mano de sus presidentes», recalcó. «Si es necesario cerramos la Embajada de Estados Unidos, no los necesitamos», resaltó Morales.
La presidenta Fernández hizo un llamado a los países europeos que negaron el tránsito al avión del mandatario boliviano, para «que pidan perdón alguna vez en su vida por lo que han hecho». Calificó el incidente como un «atropello».
José Mujica se unió al reclamo de Fernández. «Cuando un país es agredido en América Latina, nos sentimos agredidos todos… equivocarse es una ley de la vida, cometer errores es inevitable. Cuando se procede así hay que asumir la responsabilidad y dar la cara. No tomarnos el pelo», dijo.
El presidente de Surinam tomó la palabra para, en inglés, afirmar que «esta se considera una de las violaciones más flagrantes de la ley y las prácticas internacionales».
Brasil estuvo representado por su vicecanciller Eduardo dos Santos. La presidenta de ese país, Dilma Rousseff, a través de un comunicado expresó su «indignación y repudio» a la «coacción impuesta» por «algunos países europeos». Para ella, esa acción compromete el diálogo entre América Latina y Europa «y las posibles negociaciones entre ellos».
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se solidarizó con su colega boliviano. «Es inaudito lo que le hicieron, pero no permitamos que se convierta en crisis diplomática AL (América Latina) con UE (Unión Europea)», escribió en su cuenta de Twitter el mandatario, quien se encuentra en Suiza.
La reunión de presidentes culminó a las 21:40 (hora ecuatoriana), con la lectura de la Declaración de Cochabamba, que fue firmada por los mandatarios presentes. En el documento declaran que la «restricción a la libertad del presidente Evo Morales… constituye una violación de derechos no solo al pueblo boliviano, sino a todos los países y pueblos de Latinoamérica y sienta un peligroso precedente».
También exigen a los gobiernos de Francia, Portugal, Italia y España que «expliquen las razones de la decisión de impedir el sobrevuelo del avión presidencial de Bolivia por su espacio aéreo» y que presenten sus disculpas públicas. Y se anuncia la conformación de una Comisión de Seguimiento, encargando a los cancilleres «la tarea de realizar las acciones necesarias para el esclarecimiento de los hechos».