Un clérigo del Vaticano, sospechoso de intentar ayudar a amigos ricos ingresando ilegalmente millones de euros a Italia, fue arrestado este viernes como parte de una investigación del Banco Vaticano, dijeron fuentes policiales y su abogado.
Monseñor Nunzio Scarano, de 61 años, trabajaba como contador en la administración financiera del Vaticano y ya estaba involucrado en otra investigación de jueces del sur de Italia.
El sacerdote fue detenido en una parroquia en la afueras de Roma y trasladado a una cárcel de la ciudad, dijo a Reuters su abogado Silverio Sica.
Dentro de la investigación, también detuvieron a Giovanni Zitto, agente de los servicios secretos italianos, y al corredor de bolsa Giovanni Carenzio.
Sica dijo que Scarano estaba acusado de estar involucrado en un intento por ayudar a amigos a traer 20 millones de euros (26 millones de dólares) a Italia desde Suiza en avión, en complicidad con el agente del servicio secreto y el intermediario financiero. Sin embargo, el abogado dijo que el dinero nunca salió de Suiza.
El portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, dijo en un comunicado que las autoridades del Vaticano estaban listas para cooperar con la investigación italiana, pero hasta el momento no habían recibido un pedido oficial.
Lombardi agregó que la autoridad financiera del Vaticano estaba siguiendo el caso y tomaría acciones si fuera necesario.
Las detenciones se produjeron un día después de que el Vaticano anunciara que el Papa Francisco creó una comisión para investigar el Banco Vaticano, que formalmente se llama Instituto para las Obras de la Religión. La institución se ha visto sacudida por una serie de escándalos en las últimas décadas.
Scarano trabajó durante años como contador para un departamento del Vaticano conocido como APSA, cuyo título oficial es Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
El clérigo fue suspendido de sus funcionarios hace varias semanas cuando magistrados de la sureña Salerno, su ciudad natal, lo pusieron bajo investigación.
El abogado dijo que amigos ricos habían donado dinero a Scarano para que pudiera construir un hogar para enfermos terminales. Él afirmó que su cliente quería usar el dinero para pagar una hipoteca, vender una propiedad en Salerno y usar las ganancias para el hogar de atención de enfermos terminales.
Scarano ha sido acusado de retirar en pequeñas cantidades 560.000 euros en efectivo de su cuenta en el Banco del Vaticano y entregárselos a amigos que le extendían cheques.
Luego depositaba los cheques en una cuenta para pagar una hipoteca.