El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo ayer que las FARC deben reconocer a las víctimas del conflicto en el país y les advirtió que deben «jugar limpio» en las negociaciones que se celebran en La Habana.
«Le hemos dicho a las FARC: Tienen que reconocer a las víctimas como núcleo en esta negociación», señaló Santos en la marcha «Las víctimas le caminan a la paz» que se realizó en el municipio de El Carmen de Bolívar, en apoyo a las víctimas del conflicto armado y del proceso de paz con las FARC.
El mandatario añadió que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no deben pedir «cosas imposibles» en los diálogos de La Habana porque eso nadie se los va a conceder.
El presidente reiteró que para llegar a un acuerdo de paz es necesario que la contraparte «entienda, exprese su voluntad y juegue limpio», porque de lo contrario no se llegará a «buen puerto».
Comentó la intención del grupo guerrillero de no entregar las armas una vez se llegue a un acuerdo de fin del conflicto.
«Queremos que entreguen las armas, pero que sigan combatiendo con argumentos, que cambien las balas por los votos», manifestó, quien prometió que el Estado les dará «todas las garantías y todos los espacios» para que ingresen en un sistema democrático.
Santos se refirió al escepticismo de algunos sectores de la sociedad con la real voluntad de paz de las FARC, y dijo al grupo guerrillero que «la paciencia del pueblo colombiano no es ilimitada».
El presidente colombiano, que previamente inauguró el acueducto de El Carmen de Bolívar, tiene previsto entregar los títulos de propiedad de la tierra a 46 familias de la región en un acto público que se celebrará posteriormente con los participantes en la marcha.
«El objetivo central de las víctimas del conflicto es expresar su voz de apoyo a la Ley 1448, que es la ley de víctimas y restitución de tierras y apoyar el proceso negociador para la terminación del conflicto armado que se está dando en La Habana», dijo William Calderón, coordinador en Bolívar de la ONG Redepaz.
El Carmen de Bolívar fue escogida como sede de esta marcha porque está en los Montes de María, una región montañosa que en los últimos 20 años fue escenario de una sangrienta guerra de guerrillas y paramilitares por el control territorial que dejó miles de muertos.