Julian Assange, fundador de WikiLeaks, cerró con una charla magistral la Cumbre para un Periodismo Responsable en los Nuevos Tiempos (Cupre), realizada el 19 y 20 de junio en el Parque Histórico de Guayaquil.
A través de una videoconferencia, los asistentes pudieron participar de la intervención de Assange desde la embajada ecuatoriana en Londres, donde se encuentra aislado desde el 19 de junio de 2012.
El activista australiano aseveró que potencias mundiales como Estados Unidos encabezan una lucha mediática.
Se refirió a la nueva «guerra» que se ha armado por el control de la información. El activista destacó que la disputa mediática es comparable con la lucha por el control del petróleo. «No entiendo cómo se entrega la misma información a todos y el resultado es diferente», destacó Assange, con respecto al trato de las noticias.
«También hay una guerra por la producción de la información. En ella participan empresas como el imperio Murdoch y CNN. Russia Today (RT), TeleSur y Al-Jazeera están en el otro espectro de esta guerra de la información».
Para Assange, la comunicación es el acto de ejercer el derecho más importante de la civilización. «Esta comunicación en la que estamos involucrados es una nueva construcción de la política internacional. El derecho a estar informados es subyacente en el ser humano. Quitarle esto al hombre es dejarlo sin absolutamente nada».
El expositor resaltó además que «el derecho de la libertad de expresión es la voz de los otros derechos, ya sea el derecho a la vida, al estudio, a la salud. Ninguno de estos se puede comunicar sin este derecho subyacente».
El fundador de WikiLeaks manifestó que «las potencias interceptan gran cantidad de comunicación», con el objetivo de coartar la libertad de expresión de las personas. «Microsoft, Facebook, Google, Apple, todas estas empresas están en el negocio de la guerra por la información», refirió Assange con respecto a que las redes sociales y grandes emporios de diversión conglomeran información de las personas y que esto es utilizado como una gigantesca base de datos. «Ustedes no son el cliente, son el producto», dijo.
Acerca de las veces que le han coartado la libertad de expresión, habló de los convenios que tenía con diarios de gran credibilidad mundial, como el New York Times de Estados Unidos y el The Guardian de Inglaterra. «The New York Times se rehusó a publicar documentos de WikiLeaks y colaboró con la CIA, el Departamento de Estado y la Casa Blanca. El editor de este diario se negó a publicar los crímenes de guerra en Irak y la participación no ética del Departamento de Estado», señaló.
El acuerdo que tenía WikiLeaks con el New York Times era que ellos tenían que publicar la información exacta, y el diario rompió el trato.
Con respecto al medio británico, éste omitió información que hubiera significado «algo negativo para algunas personas políticas».
El australiano anunció que prepara un libro en el que cuenta varios ejemplos de censura que ha vivido. Kristin Hrafnsonn, representante de WikiLeaks, tuvo una corta intervención previo a la aparición de Assange. El periodista islandés dio ejemplos de cómo un sector de la prensa ha intervenido negativamente en el acontecer mundial, todo por la lucha de intereses.
Tras la conferencia de Julian Assange, el secretario de Comunicación, Fernando Alvarado, agradeció a al público presente, los expositores y colaboradores en general por la realización de la Cupre.
El ministro de Estado anunció que el Gobierno implementará un premio latinoamericano al periodismo responsable. «Esta idea vino de nuestro amigo Fernando Buen Abad. Nos sugirió premiar a la prensa responsable y acogimos su petición».