Personas con mascarillas en buses, en las calles, en los establecimientos cerrados, y siempre con algún tipo de desinfectante o antibacterial a la mano eran parte del cotidiano transcurrir en el escenario citadino a mediados del 2009 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la gripe AH1N1 como pandemia por la cantidad de muertes que causó en diferentes países. Ecuador no fue la excepción.
Aunque la OMS suspendió la alerta en el 2010 y la enfermedad entró en un receso con disminución del número de afectados, desde mayo pasado se han reportado algunos casos nuevamente, varios de ellos con resultados fatales, de acuerdo con reportes de varias agencias de noticias: 61 personas fallecidas en Brasil, 16 en Venezuela, 4 en Colombia y 5 en República Dominicana.
En el país el Ministerio de Salud Pública (MSP) aún no reporta ningún rebrote del virus, pero indicó que se realizan acciones permanentes para el control de la influenza estacional. «En Ecuador la presencia de infecciones respiratorias agudas-graves está dentro de lo esperado para la estación lluviosa, con tendencia a la disminución, como en los años anteriores, en la estación seca, según datos de Vigilancia Epidemiológica», indicó la cartera de Estado.
Según recalcaron, en todas las unidades de salud a nivel nacional existen medicamentos suficientes para el tratamiento adecuado de la influenza estacional y sus tipos AH1N1, AH3 N2, influenza B.
Washington Alemán, miembro y coordinador científico de la Sociedad de Infectología del Guayas, sostuvo que Ecuador, al igual que otros países sudamericanos, es vulnerable ante este tipo de virus.
La globalización, los viajes, los aeropuertos y las fronteras internacionales incrementan las posibilidades de «importar» el virus. «Si bien es cierto aún no se reportan casos, los antecedentes que existen de la epidemia del H1N1 han dejado suficiente experiencia para implementar medidas o planes de contingencia» dijo Alemán que aseguró que no existe «un plan perfecto». «Lo que nos falta es definir grupos que de alguna manera se sientan más vulnerables o no».
El MSP indicó que en octubre de este año está previsto realizar una nueva campaña de vacunación dirigida a 3'725.813 personas, entre ellos mujeres embarazadas, pacientes crónicos, adultos mayores, personas de 18 a 23 años y niños menores de 9 años. «Por ahora es un problema que se está expandiendo en otros países; hay muchas preguntas que no han sido respondidas, pero se está tratando de determinar, caracterizar y clasificar la influenza», indicó el especialista.
Nuevas cepas
Durante la pasada Asamblea Mundial de la Salud, la directora general de la OMS, Margaret Chan, sostuvo que es constante la amenaza de la aparición de nuevas enfermedades -algunas capaces de convertirse en epidemias- como lo demuestra el surgimiento de un tipo desconocido de coronavirus y de la gripe aviar H7N9 entre humanos.
El primer caso humano del H7N9 (un tipo de gripe propio de las aves) se detectó en China a finales de marzo y en tres semanas se registraron más de cien casos, una tendencia que se invirtió luego del cierre de mercados de aves vivas en ese país.
Chan negó que la situación esté bajo control, pues los virus de la gripe tienden a «reinventarse constantemente» y «nadie puede predecir el curso que tomará este brote». Este foro reunió en Ginebra a altos representantes de sus 192 países miembros para adoptar importantes decisiones en el área de la sanidad.
De acuerdo con un reporte de la OMS, durante el 2009 y 2010 -lapso en el que se extendió la pandemia- en la zona de las Américas se registraron 8.557 fallecidos en el Cono Sur, en la zona andina, en América Central, en países caribeños y en Norteamérica. De acuerdo con esa institución en este período de tiempo en el Ecuador se registraron 130 casos fatales.