El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, advirtió hoy de los riesgos crecientes en el ámbito de la ciberseguridad y defendió un papel más relevante de la Alianza a la hora de mejorar las defensas de sus socios y apoyarlos en caso de ataque.
«Debemos identificar qué más necesitamos hacer para responder a las amenazas cibernéticas que evolucionan mientras hablamos», dijo Rasmussen en la apertura de la reunión que hoy mantienen en Bruselas los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica.
Según el político danés, la OTAN debe considerar también qué puede hacer para ayudar a los países a proteger sus redes nacionales contra los ciberataques.
«Esto demostraría nuestra solidaridad como Alianza», subrayó el secretario general, que en un artículo publicado por el diario estadounidense «The Wall Street Journal» defendió un papel más relevante para la OTAN en este campo.
«La ciberdefensa es todavía una tarea principalmente de las naciones y los gobiernos, pero a medida que la amenaza evoluciona, la OTAN debe estar preparada para desempeñar un papel reforzado», insistió.
Entre las propuestas que planteó figuran la posibilidad de que la Alianza entrene a los expertos nacionales e impulse la cooperación y el intercambio de información entre sus socios.
Además, señaló que sería posible poner a disposición de los países los equipos de respuesta rápida con los que cuenta la OTAN para responder a ataques informáticos y trabajar en estándares comunes.
La OTAN tiene un centro especializado en ciberdefensa en Estonia, puesto en marcha después de que las redes informáticas de ese país sufriesen en 2007 un importante ataque contra bancos, medios de comunicación e instituciones políticas.
El debate que hoy mantienen los ministros aliados de Defensa se produce en un momento de especial tensión, después de que Estados Unidos haya acusado a China de estar involucrada en prácticas de ciberespionaje, acusaciones que Pekín ha rechazado.
Según Rasmussen, la OTAN sufrió el pasado año más de 2.500 incidentes e intentos de intrusión, aunque ninguno de ellos supuso problemas importantes para sus redes.
El secretario general recordó que los ciberataques «son una forma barata» de la que disponen «terroristas, activistas y agentes apoyados por Estados para causar daños importantes».