Un asteroide cinco veces más grande que el transatlántico Queen Elizabeth se aproxima velozmente a la Tierra y mañana, viernes, pasará a apenas 5,8 millones de kilómetros, informó hoy la agencia espacial estadounidense NASA.
El objeto espacial, designado como 1998 QE por los científicos «será un blanco espectacular para el radar y esperamos obtener una serie de imágenes de alta resolución que podrían revelar mucho sobre las características de su superficie», indicó el radioastrónomo Lance Benner, investigador principal del radar Goldstone en Pasadena, California.
El interés del público y la avidez de los astrónomos se avivaron recientemente tras la caída, en febrero, de un meteorito en Rusia cuyo impacto liberó una energía que la Academia Rusa de Ciencias calculó en unos 500 kilotones.
El programa Lincoln de Investigación de Asteroides Cercanos a la tierra, del Instituto Tecnológico de Masschusets en Socorro, Nuevo México, descubrió el asteroide el 19 de agosto de 1998.
Los científicos calculan que el meteorito de Chelyabinsk medía unos 15 metros de diámetro y pesaba unas 10.000 toneladas.
El 1998 QE2 mide, según los cálculos de los investigadores, casi 2,7 kilómetros de ancho.
En su trayectoria actual el 1998 QE2 pasará a la hora 20.59 GMT por su punto más próximo a la Tierra -una distancia equivalente a quince viajes entre la Luna y el planeta- y no volverá a acercarse al hogar de los humanos hasta dentro de unos doscientos años.
Aún en el momento en que esté más cerca de la Tierra el 1998 QE2 no podrá verse a simple vista o con binoculares. Se espera que su brillo visual máximo sea de magnitud 11, lo cual lo pondría en el área de telescopios mayores.
La magnitud es el grado de brillo de una estrella según la vista humana, siendo las más brillantes clasificadas como magnitud 1. A simple vista y bajo condiciones óptimas el ojo humano puede ver estrellas hasta de la magnitud 6.
El tránsito de 1998 QE2 ha entusiasmado a los astrónomos aficionados y hasta la Casa Blanca se ha unido a la espera y ofrecerá una tertulia, a la hora 18.00 GMT, por Google+.
Tanto la Casa Blanca como la NASA tienen en la ocasión intereses que van más allá de lo científico: en tiempos de austeridad fiscal el Gobierno procura convencer al Congreso sobre la necesidad de asignar fondos para la vigilancia de objetos espaciales que se aproximan a la Tierra.
Estados Unidos tiene el programa mejor dotado del planeta para la detección y censo de objetos en las regiones próximas a la Tierra y hasta ahora ha descubierto alrededor del 98 por ciento de esos cuerpos conocidos.
Entre los participantes de la tertulia cibernética se cuentan el exastronauta Ed Lu, quien encabeza la fundación B612 que procura construir un telescopio espacial para la observación de asteroides, y Peter Diamandis, co fundador de Recursos Planetarios, una firma que aspira a explotar los minerales de los asteroides.
«Siempre que un asteroide se aproxima tanto (a la Tierra) proporciona una importante oportunidad científica para su estudio en detalle y para comprender su tamaño, forma, rotación, rasgos superficiales y cualquier otra cosa que podamos aprender sobre su origen», señaló Benner en un mensaje en el portal de su laboratorio.
«También usaremos nuevas mediciones por radar de la distancia y velocidad del asteroide a fin de mejorar nuestros cálculos de su órbita y para computar su movimiento en el futuro», continuó.
El asesor de política espacial de la Casa Blanca, Phil Larson, dijo a la cadena NBC News de televisión que «debemos encontrar a los asteroides antes de que ellos nos encuentren».
«En el proceso aprendemos más sobre los secretos del sistema solar y otras oportunidades que presentan las rocas espaciales», añadió.
El programa espacial de Estados Unidos incluye el envío de astronautas que «capturen» un asteroide hacia el año 2020.