Los primeros aspirantes de entre los 772 ecuatorianos residentes en España que buscan volver a su país con una plaza como docentes afrontaron ayer el primer día de pruebas del Plan Retorno Educación con una mezcla de inquietud y esperanza.
El nerviosismo se palpaba en las puertas de las aulas del centro de Madrid, en los minutos previos a la entrada entre la primera tanda de aspirantes, que se enfrentaron a las pruebas lingüísticas y psicotécnicas. «Ya es hora de volver a dedicarme a lo mío, al magisterio», dijo Reina Emilia, profesora de educación primaria que lleva doce años en España, tiempo en el que ha hecho «de todo». «Me he dedicado a todos los trabajos a los que un inmigrante se suele dedicar: desde limpieza, pasando por cuidadora, hasta monitora (…)», recuerda.
En estos años Emilia construyó una vida en España, pero la crisis económica y la nostalgia por su país y por su profesión le empujan a volver. «Mis hijos son mayores y tienen su vida aquí, pero yo quiero volver», afirma con la ilusión de conseguir una plaza en Loja, su provincia natal «y volver a un pueblo, a la zona rural».
También retornaría sola, al menos por el momento, Mariuxi Tates, quien dejaría en España a su marido y su hija al menos hasta que ella se «afinque» en Ecuador.
Al igual que Emilia, esta licenciada en Nutrición y Dietética ha realizado multitud de trabajos en España. «He trabajado en la limpieza, en la jardinería (…) Nunca de lo mío, hace un tiempo convalidé mi título y por más que he hecho el currículum no sale nada», cuenta.
Sin embargo, Tates asegura que su «objetivo económico está cumplido» y es la añoranza por su país lo que le hace regresar. «Realmente no es por falta de trabajo, porque aquí si uno se busca la vida sí que puede trabajar de lo que sea, pero yo quiero dedicarme a la docencia», manifiesta.
Una vocación que también tiene Rofé Pilataxi, quien trabajó durante catorce años en el sector de la hostelería hasta que la crisis se cebó con España. «Con la crisis me quedé sin trabajo y la verdad es que esta es una oportunidad para rehacer mi vida en Ecuador», confiesa este licenciado en Administración de Empresas.
Una oportunidad que también quiere aprovechar Alfredo Caicedo, licenciado en Administración y Supervisión Educativa que añora volver a Guayaquil. «Mis hijos ya están allá y yo me quiero volver junto a mi esposa», añade.
Caicedo ejerció como docente en Ecuador durante veintitrés años, pero los bajos ingresos económicos para los maestros en aquella época le hicieron emigrar a Madrid. «He vivido aquí durante catorce años en los que me he dedicado a la construcción, pero desde que comenzó la crisis llevo bastante tiempo desocupado», argumenta.
Según el viceministro de Educación, Pablo Cevallos, en Ecuador hay 10.000 plazas de docentes por cubrir. Las pruebas se realizarán en estos días en las ciudades españolas de Madrid (389 aspirantes), Barcelona (142 candidatos), Murcia (180) y Pamplona (61).