En julio próximo culminará el proceso para legalizar a los 6.000 comerciantes informales que laboran en la ciudad de Quito. Hasta el momento han cumplido con la regularización 4.800 personas, quienes han obtenido el carné emitido por la Agencia de Coordinación Distrital de Comercio (ACDC).
El proceso inició a finales de 2011 y se ratificó en septiembre de 2012, cuando entró en vigencia la Ordenanza Municipal 280 que regula y organiza el trabajo autónomo, garantizando el derecho constitucional a laborar con dignidad y el uso del espacio público en condiciones adecuadas para todos los ciudadanos.
Para el director de Comercio Autónomo del Cabildo, Luis Chontasig, el tema es «complejo, dinámico y disperso», debido a que es muy difícil obtener datos exactos de la cantidad de vendedores informales que hay en la ciudad, porque muchos han abandonado la actividad una vez que consiguen un empleo fijo, o viceversa; las personas que se quedan sin trabajo ven como primera opción el expender productos en el espacio público.
Carlos Castellanos, dirigente de la Federación Nacional de Comerciantes Minoristas (Fenacomi), explicó que pese a que se ha participado en la creación de la Ordenanza 280, se considera que tan solo el 30% de los comerciantes se ha regularizado. Y considera que los 6.000 vendedores censados no corresponden al número real, pues según sus propias estadísticas, en la actualidad habrían 18 mil personas expendiendo en el espacio público.
Los 6.000 comerciantes que están en el proceso de legalización fueron censados en el periodo 2010-2011, por lo que podrían haber aumentado. Una vez que culmine el proceso en julio se podrá realizar un nuevo censo y revisar el número actual e iniciar la regularización, pero para ello deben pasar dos años del último proceso.
La regularización consiste en: una constatación precisa de los comerciantes en el Catastro Histórico Zonal; verificación de su ubicación en el territorio y giro de negocio; participación y aprobación en talleres de 40 horas de capacitación con la obtención de una certificación otorgada por Conquito; asignación de carnés y chalecos de identificación; y la entrega de los respectivos permisos metropolitanos expedidos por las Administraciones Zonales, con informe técnico previo.
Los talleres son dictados en torno a cuatro temas de importancia para el gremio: los deberes y derechos de los comerciantes autónomos, atención al cliente, fortalecimiento de la organización social y formación de microempresas; con este último se busca que los vendedores piensen en la creación de un negocio fijo y que pueda ser compartido con otros comerciantes y así dejen de expender en las calles.
Sin embargo, para Castellanos uno de los ámbitos que se debería incluir en la capacitación es la contabilidad y tributación, pues una vez regularizados sus compañeros deben sacar la Patente Municipal y obtener el Registro Único de Contribuyentes (RUC) en el Servicio de Rentas Internas, procedimientos que los comerciantes autónomos consideran complicados.
Desde el Municipio se han destinado 274.000 dólares para el proceso de regularización, de los cuales 157.000 dólares irán a la adquisición de mobiliario y equipamiento, elaboración y entrega de chalecos y carnés a los comerciantes, así como para continuar con el Plan de Capacitación y realizar una consultoría sobre la sistematización del comercio autónomo.