Internet celebrará este viernes su Día Internacional con el reto de reducir la brecha digital que aún afecta a 4.500 millones de personas, lo que significa que dos tercios de la población mundial no tienen todavía acceso a la mayor fuente de información y de datos del mundo.
«Persiste una gran diferencia entre los abonos de acceso fijo a internet por banda ancha en el mundo en desarrollo en comparación con los países más industrializados, donde la penetración de banda ancha fija es del 77 por ciento, frente al 31 por ciento de la población del primer grupo», explicó la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
La población europea es la más conectada del mundo, con un 77 por ciento de penetración; seguida de la de América, con un 61 por ciento.
Sin embargo, las regiones con menor acceso a la mayor biblioteca del mundo son Asia y el Pacífico, con un 32 por ciento de penetración, y África, donde no supera el 16 por ciento.
El gran desafío de hacer desaparecer esta brecha y crear un mundo globalmente conectado deberá ser afrontado al mismo tiempo que el de mejorar una tecnología que debe dar cabida de forma progresiva a un mayor volumen de informaciones.
Cada día, las 2.700 millones de personas que tienen acceso a internet «suben» 300 millones de fotos a Facebook, ven 130 millones de horas de Youtube, envían 500 millones de mensajes de 140 caracteres a través de Twitter y «pinchan» unos 2.700 millones de «Me gusta» en las actualizaciones de las redes sociales.
Esta actividad frenética en el mundo virtual parece no tener fin, ya que la UIT estima que en el año 2016 habrá 81 «exabytes» de tráfico de contenidos en internet cada mes, que corresponden a toda la información que podría almacenarse en unos 20.000 millones de DVD y suponen un volumen de datos 54 veces superior al año 2005.
Por otro lado, uno de los servicios de internet más conocidos y utilizados globalmente, la World Wide Web -que más o menos simplifica Amplia Teleraña Mundial-, se une este año de forma especial a la celebración de su Día Internacional.
Hace 20 años que el Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) publicó una declaración en la que autorizaba la utilización gratuita y libre de la WWW, creada por Tim Berners-Lee cuatro años antes.
En 1989, este físico desarrolló un sistema de intercambio de información entre científicos de diferentes universidades y laboratorios de todo el mundo.
Con la World Wide Web, Berners-Lee daba uso a internet para crear una red que permitía a los físicos del CERN leer y publicar documentos, así como establecer enlaces entre ellos.
La invención de la web simplificó radicalmente la forma en que la información podía ser compartida, al crear un código que permitió la elaboración de páginas en las que se podía incluir texto y, con el paso de los años, imágenes y contenido multimedia.
El propio físico expresó en una entrevista realizada en el veinte aniversario de su invención que el CERN jugó un papel fundamental en su invención, ya que tenía «todo el ambiente, los científicos, la tecnología, el apoyo, todo lo que necesitaba para desarrollar mi idea».
Pero el invento no se expandió hasta que la visión democrática de su creador la puso a disposición de la comunidad internacional.
La autorización para que la web fuese utilizada de manera libre y generalizada permitió el intercambio de conocimientos a nivel mundial y dio paso a la revolución de la información en todos los sectores de la sociedad, transformando la forma de comunicarse, de trabajar, de innovar y de vivir.