Al menos seis personas fallecieron y otras 14 están desaparecidas tras el paso anoche de varios tornados por la localidad de Granbury y sus alrededores, en el estado norteamericano de Texas.
Los tornados causaron graves daños materiales en las viviendas e infraestructuras de la zona y al menos un centenar de personas resultaron heridas, de las que 28 tuvieron que ser atendidas en un hospital local, indicaron autoridades.
Según medios locales, algunos de los heridos se encuentran en estado muy grave, por lo que se teme que el número de fallecidos pueda incrementarse.
Los tornados formaban parte de un sistema de profundas tormentas que afectaron ayer el norte del estado de Texas, donde se produjeron también fuertes granizadas.
El Sistema Meteorológico Nacional de EEUU señaló que al menos 10 tornados llegaron a tocar tierra, mientras la Policía dijo que la zona más afectada por los vientos huracanados en este estado sureño fue la conocida como Rancho Brazos y algunas áreas colindantes con el Lago Granbury.
Un portavoz de la policía dijo también que los daños se concentran en un área en la que se ubicaban unas cincuenta viviendas y que la mayor parte de ellas han sufrido graves daños, e incluso algunas han quedado totalmente aplastadas.
Además, los residentes de un zona conocida como Rancho Decordova debieron ser evacuadas debido a una fuga de gas ocasionada por una tormenta.
La Cruz Roja Americana ha instalado varios refugios para los evacuados.
La misma tormenta generó otro tornado de 1,6 kilómetros de diámetro, según el Servicio Meteorológico Nacional de EEUU, que arrasó parte de Cleburne, a unos 25 kilómetros al sureste de Granbury.
Varias decenas de casas quedaron destruidas en esta ciudad en la que no se ha informado, de momento, de la existencia de víctimas.
Un tercer tornado afectó a la pequeña ciudad de Millsap, a unas 64 kilómetros al oeste de Fort Worth, en el mismo estado, donde también quedaron derruidas varias viviendas, indican medios locales.