«Yo soy hijo de Chávez, soy chavista, soy el primer presidente chavista después de Hugo Chávez Frías y voy a cumplir plenamente su legado de proteger a los humildes, a los pobres, de proteger a la patria, de cuidar la independencia, de construir el socialismo», indicó Nicolás Maduro tras ser proclamado oficialmente ganador de las elecciones en Venezuela.
Maduro se impuso por 7.563.747 votos (50,75 %) en los comicios del domingo al candidato opositor Henrique Capriles (48,97 %), explicó Tibisay Lucena, titular del Consejo Nacional Electoral (CNE), al defender la transparencia del proceso y rechazar los pronunciamientos de la oposición.
El candidato oficialista recibió el acta de proclamación de manos de Lucena, en un acto solemne en la sede de la institución, ante funcionarios del gobierno, el alto mando militar y miembros del cuerpo diplomático.
La funcionaria señaló que Maduro deberá «completar el periodo constitucional de seis años» en 2019, mandato que comenzó el 10 de enero Chávez, fallecido el pasado 5 de marzo.
También dijo que sobre un registro de 18.904.364 electores, el domingo participaron 14.967.737 votantes, lo que representó una participación del 79,17 %.
Horas antes, Capriles había pedido al CNE que anulara el acto de proclamación del ganador de las elecciones y afirmó que si Maduro aceptaba sería un «presidente ilegítimo».
Lucena manifestó que Venezuela es el «país de la democracia más viva y vibrante de América y les corresponde a lo líderes ejercer su liderazgo para estar a la altura de este pueblo campeón de la democracia».
Respecto al pedido de Capriles, señaló que la oposición deberá seguir las «vías legales correspondientes» para un reconteo de votos.
«No será el acoso, la amenaza, el amedrentamiento, la vía para recurrir los actos del poder electoral, es la Constitución y la Ley la única ruta que respetan los verdaderos demócratas», enfatizó.
Cientos de chavistas, vestidos de camisetas y gorras rojas, seguían la ceremonia desde una pantalla instalada en la Plaza de Caracas, ubicada frente al CNE, fuertemente resguardada por la guardia nacional y milicianos: «No volverán, no volverán», gritaban.
También se agolparon seguidores de Capriles que exigían el recuento de votos y denunciando un fraude electoral.