Una fuente oficial del Tribunal Administrativo de El Cairo informó este lunes que el expresidente egipcio Hosni Mubarak pudiera salir en libertad, «si la investigación del caso por el cual es imputado no termina en el transcurso de los dos próximos años», de acuerdo con los establecido por la legislación nacional.
El funcionario recordó, en declaraciones ofrecidas a la agencia Russia Today, que el juicio contra Mubarak comenzó el 14 de abril de 2011, motivo por el cual de no presentarse datos en los próximos días, «el acusado debe ser liberado», debido a que toda investigación debe culminar en un plazo máximo de dos años.
Mubarak fue condenado a cadena perpetua por su responsabilidad en la muerte de más de 800 manifestantes durante la revuelta social de 2011. Sin embargo, en enero de 2013 el máximo tribunal de apelaciones del país aceptó los recursos presentados por la defensa y ordenó repetir el juicio.
Tras esta decisión, la repetición del proceso se fijó para el pasado 13 de abril, pero ese mismo día tuvo que ser aplazada porque el juez encargado se abstuvo de juzgar al expresidente, alegando que la situación lo hacía sentirse «incómodo».
El juez Mustafa Hassan Abdulá se retiró en una audiencia que duró apenas unos segundos, y ordenó redirigir el caso al Tribunal de Apelaciones. Por ello, será esta instancia la encargada de elegir un nuevo tribunal, una medida que podría originar que el caso se aplace de forma indefinida.
La audiencia del sábado se celebró en una academia policial ubicada en las afueras de la capital egipcia. Durante el acto, los abogados de la sociedad civil presentes en el juicio coreaban: «El pueblo quiere la ejecución del Presidente».
En enero de 2011, los egipcios iniciaron una Revolución contra el régimen de Mubarak que puso fin, un mes más tarde, a más de tres décadas de autocracia en el país norteafricano.
Mubarak, de 84 años de edad, su ministro del Interior, Habib al-Adly, y seis jefes de seguridad fueron juzgados por la represión y el asesinato de más de 800 manifestantes durante las protestas masivas que propiciaron su derrocamiento.
En el juicio celebrado en junio de 2012, Mubarak y al-Adly fueron hallados culpables y condenados a cadena perpetua. No obstante, en enero de este año un tribunal egipcio aceptó una apelación del expresidente contra el fallo emitido y ordenó un nuevo juicio.