Pese a que hubo golpes, empujones y cruce de gritos, un grupo de evangélicos sostuvo que la marcha realizada este viernes desde el parque Centenario, en Guayaquil, hasta la Plaza San Francisco fue pacífica.
El grupo de protestantes avanzó a lo largo de la avenida 9 de Octubre gritando «no más idolatría». El mismo mensaje tenían impreso en unas pancartas, en la que tenían tachada la cara del papa emérito, Benedicto XVI, así como también la del actual pontífice, Francisco.
La marcha pacífica, en la que atacaban al pueblo católico con sus gritos y desprestigiando a sus líderes religioso, tomó un giro cuando los caminantes llegaron a la Plaza San Francisco.
Los evangélicos se apostaron a las afueras de la iglesia San Francisco y continuaron con sus gritos ofensivos hacia los católicos.
El sol porteño hacía mella en los presentes, quienes estaban vestidos, en su mayoría, con terno, los hombres, y con faldas largas o vestidos, las mujeres.
El grupo intentó meterse a la iglesia católica, pero no les fue permitido por un grupo de feligreses que estaba al interior del templo.
Los problemas se agravaron cuando los católicos presentes en el lugar tomaron una postura defensiva y se sintieron agraviados por los evangélicos que estaban protagonizando la marcha.
«Váyanse, aprendan a respetar, ustedes están locos», gritaba una persona mientras se plantaba firme al pie de la puerta de la iglesia.
Los cruces de palabras eran constantes. «Dejen la idolatría, eso no le agrada a Dios», dijo un protestante a un católico, quien no se quedó callado y respondió: «lo que no le agrada a Dios es que tú vengas a irrespetar mis creencias. ¿Tú crees que Jesucristo estuviese aquí con ustedes?… yo no lo creo».
Eran cerca de 100 evangélicos presentes los que protestaban contra la idolatría y que tuvieron que ser desalojados del lugar por miembros de la Policía.
En los pocos minutos de inconvenientes, se registraron golpes, empujones y hasta insultos entre ambos grupos.
El accionar, además de ser rechazado por los católicos, también fue criticado por evangélicos que pasaban por el sitio. «Ellos no representan a la iglesia evangélica, ellos son aparte», indicó un profesante de esta religión.
El líder de la marcha es Eduardo Mora, quien se autodenomina apóstol y quien hizo un llamado a los evangélicos a seguir su ejemplo.