Desde 1830 Ecuador no definía sus límites marítimos, solo por falta de decisión política. Ahora en el periodo presidencial de Rafael Correa el mandatario se ha encargado de que las cosas queden claras para el país.
Marco Albuja, vicecanciller, manifiesta que la diplomacia ecuatoriana vive otra época. Una que se ocupa por primera vez de cerrar las fronteras. «En mayo firmaremos el límite marítimo con Costa Rica y tendremos por primera vez desde 1830 definido el mapa de Ecuador en todos sus sectores, lo hicimos con Perú, Colombia y ahora con Costa Rica; solo falta la medición con GPS de los puntos de referencia.
Con esta acción Ecuador cierra definitivamente sus fronteras y gana la posibilidad de extender su plataforma continental hasta 350 millas. El jurista Juan Carlos Faidutti detalló que el primer logro de Correa es que el país se adhiera a la Convención del Mar (Convemar) de las Naciones Unidas. «Se estaba esperando la aprobación de la Convemar, que es una verdadera constitución de los mares, otros gobiernos no habían presentado la propuesta al Congreso. Primero la aprobó la Comisión de Asuntos Internacionales de la Asamblea, luego la Corte Constitucional y con ese visto bueno el legislativo dio su voto favorable. Solo era cuestión de decisión política», detalló el internacionalista.
Con ese criterio coincidió el catedrático Eduardo Villacrés, quien manifestó que en otros gobiernos «no se pudo vencer el recelo que tuvieron los congresos anteriores. Se habló mucho, pero con poco conocimiento. Había el temor de que estábamos renunciando a las 200 millas de mar territorial, pero hoy está claro que dentro del concepto zona económica exclusiva están sin duda contemplados muchos de los aspectos del mar territorial.
Ecuador pierde una soberanía absoluta sobre las 200 millas, pero gana la soberanía sobre los recursos naturales, que es lo que finalmente interesa, porque de qué sirve decir somos los dueños si no podemos explotar esos recursos», recalcó Villacrés. Albuja detalló que la diplomacia latinoamericana está en transformación, «parte de eso es la desaparición de los dinosaurios para dar cabida a una nueva especie de diplomacia que tiene soberanía, voz y tiempos propios. Ahora nosotros analizamos los documentos que nos llegan y vemos si eso afecta al desarrollo de nuestros países o si aporta a su desarrollo, pero sobre todo las iniciativas que está tomando la diplomacia suramericana es la esperada en el resto del mundo. Es impresionante ver cuando estamos en Europa, Asia e, incluso, en Norteamérica, cómo esperan con expectativa las propuestas de Ecuador. Antes nos veían como a los chicos malos, y ahora con curiosidad escuchan lo que tenemos que decir y proponer», dijo.
Destacó también que la diplomacia de Unasur tiene una voz propia y propositiva. «Nos hemos convertido en un referente de negociación y soberanía», afirmó Albuja.Dijo que ahora en los consulados se trabaja para la gente y que el Comercio Exterior está creciendo. «La diplomacia se ve en la organización de las cadenas que estaban excluidas de la exportación, por ejemplo, sombreros de paja toquilla a Europa, chifles a Asia. Ahora la diplomacia es parte de la gente y no de una urna para representar a Ecuador en foros internacionales», aclaró el funcionario.