Los barcos camaroneros Narcisa de Jesús, Scoriel y Elena, anclados en la rada del puerto de Manta, se hundieron el lunes por la mañana debido al fuerte oleaje que hubo en esa playa.
Estas embarcaciones están paradas desde el 1 de diciembre pasado, ya que son de arrastre, explicó Milton Peñafiel, dueño de uno de los barcos afectados. Añadió que cada barco cuesta unos $ 150 mil y que para repararlos se requiere de al menos $ 15 mil para cada uno.
«Además de contratar personal adecuado, se debe adquirir cierta cantidad de equipos, como boyas y cabos, para lograr sacar el barco», dijo Peñafiel.
Aunque el oleaje se produjo entre el 26 y 28 de febrero pasados, Cristian Ordóñez, de la Capitanía de Manta, anotó que se sigue registrando un comportamiento extraño en el mar.
Se han colocado banderas de advertencia para los bañistas, mientras que a pescadores y dueños de barcos se les ha solicitado que tomen los correctivos necesarios para evitar más daños en los bienes.
Mario López, pescador, consideró que la agitación del mar es producto de las lluvias y de las bajadas de los ríos. Dijo que varias naves están aseguradas.