Park Geun-hye hizo historia al convertirse en la primera presidenta mujer de Corea del Sur, prometiendo garantizar la seguridad de su país ante la amenaza de la crecientemente hostil Corea del Norte al mismo tiempo que tiende puentes con Pyongyang.
«Las recientes pruebas nucleares de Corea del Norte son un reto a la supervivencia y al futuro de los coreanos, y no debe dudarse que la mayor víctima no será otra que Corea del Norte», dijo. «Le pido a Corea del Norte que abandone sus ambiciones nucleares sin retraso y que se comprometa en el camino de la paz y el desarrollo conjunto».
Cuando fue elegida en diciembre, Park rompió barreras en la muy patriarcal nación, aunque está muy conectada con su pasado. Su padre, Park Chung-hee, fue uno de los fundadores de la Corea moderna, tomó el poder después de un golpe de estado y gobernó con mano dura durante 18 años antes de ser asesinado por su jefe de inteligencia en 1979.
Su recuerdo todavía divide a Corea del Sur: algunos lo rememoran como una piedra angular de la prosperidad actual de Corea del Sur, y otros lo ven como un dictador que ignoró los derechos humanos y aplastó la oposición.
Park, de 61 años, y su oponente, Moon Jae-in del Partido Democrático Unido, ofrecieron planes moderados similares durante la campaña, tratando los temas de inequidad en ingresos y el mejoramiento de las relaciones con Corea del Norte, detalla CNN en Español.