El presidente de Bolivia, Evo Morales, lanzó el miércoles en la sede de la ONU en Nueva York el Año Internacional de la Quinua, defendiendo el valor de este grano ancestral para combatir las crisis alimentarias y denunciando el boicot de las multinacionales a su desarrollo.
Morales fue la estrella de la ceremonia en la que estuvieron presentes la primera dama de Perú, Nadine Heredia; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; ministros de Ecuador y Perú; y el director de la FAO (organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), José Graziano da Silva.
«La quinua es un legado ancestral de los pueblos andinos que se produce hace más de 7 000 años y que se presenta como una alternativa digna a la actual crisis alimentaria», recordó el presidente boliviano en el hemiciclo de la ONU.
La declaración del año internacional «es el reconocimiento al conocimiento de las prácticas tradicionales de los pueblos indígenas de los Andes, que en armonía con la naturaleza han mantenido, controlado y preservado la quinua en su estado natural como alimentos para las generaciones actuales y las venideras», agregó.
Considerado el «grano de oro de los Andes», la quinua es un antiguo alimento de los indígenas andinos que integra actualmente dietas saludables en distintos rincones del mundo por sus excepcionales condiciones nutricionales, que han llevado a la NASA a incluirlo en los alimentación de los astronautas.
Según un estudio del gobierno boliviano la quinua es «el único alimento vegetal que posee todos los aminoácidos esenciales», con un valor calórico «mayor al del huevo y la leche y comparable sólo al de la carne» y un contenido proteico que supera a granos como el trigo, arroz, maíz y avena.
Bolivia y Perú son los dos principales productores mundiales de quinua, aunque también se cultiva en Ecuador y Chile.
Durante su discurso en Nueva York, Evo Morales criticó con dureza a las «grandes empresas transnacionales» del sector alimenticio, que dijo quieren que el desarrollo de la quinua fracase.
«La quinua es vista ahora por las empresas transnacionales como una amenaza para sus imperios alimenticios chatarra, de poco valor nutricional y plagados de químicos que producen enfermedades», sostuvo.
«Queremos denunciar que estás empresas buscan que el Año Internacional de la Quinua fracase bajo el argumento de que la promoción de la quinua va a conducir a que el precio de este producto suba y no sea accesible para los pueblos que la producen», advirtió.
«No es verdad», respondió, indicando que en Bolivia el consumo se triplicó en cuatro años de 4 000 a 12 000 toneladas.
Pese a su producción por parte de campesinos bolivianos y peruanos muy pobres, el precio es elevado cuando llega a los mercados.
El kilo de quinua al menudeo suele variar entre los $3 y $4 en Bolivia y Perú, mientras en Chile, ya convertido en un alimento casi de élite, se cuadriplica hasta los $16 o $17.