La Unión Europea recomendó a sus miembros realizar pruebas de ADN en los platos preparados con carne para confirmar si su origen es vacuno o equino.
Además, se comprometió a encontrar al responsable del fraude de la comercialización de carne de caballo en platos preparados, como lasañas o hamburguesas, haciéndola pasar por carne de vaca.
«Estamos ante un fraude de alguien que modificó las etiquetas de platos precocinados» , denunció el ministro de Agricultura irlandés, Simon Coveney, cuyo país ejerce la presidencia de la UE.
Bruselas convocó la reunión entre los afectados (Francia, Reino Unido, Luxemburgo, Suecia, Rumanía y Polonia) además de Irlanda, ante el impacto del fraude.
En Alemania hay sospechas de que un proveedor del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país, recibió productos de lasaña precocinada con carne de caballo.
El presidente francés, François Hollande, afirmó que el caso era grave y felicitó a los ministros por la decisión de tomar cartas en el asunto.
Cada vez más presionada, la Comisión Europea considera la posibilidad de hacer obligatoria la mención sobre el lugar de origen de la carne en las comidas elaboradas.
El vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de Industria, Antonio Tajani, dijo que con esta propuesta se busca armonizar las normas sobre calidad y seguridad de los productos.
De aprobarse, se aplicará para todo el mundo y por igual a todas las marcas europeas y extracomunitarias.
Desde el escándalo de la vaca loca, la carne bovina fresca debe mencionar su origen. No es el caso de los productos elaborados con carne, que tienen solo la obligación de mencionar el tipo de carne utilizada.
Ante la envergadura del escándalo, la Comisión se defendió de las crecientes acusaciones de lagunas en seguridad alimentaria.
Bruselas ha aclarado que actuaría solo ante una alerta sanitaria, como pasó en 2011 de la bacteria E. coli, que causó más de 4 000 contagios y 50 muertos. Si no hay riesgo sanitario la competencia recae en los Estados. (AFP)