Esta semana arranca el plazo de un año que tienen todas las instituciones que conforman el sistema financiero para incorporar un chip en las tarjetas de débito que emitan, según lo establecido por la Junta Bancaria.
La decisión fue tomada como una medida de seguridad porque la mayoría tiene el dispositivo adherido y no forma parte de la banda magnética, lo que facilita la clonación de las tarjetas.
Según estadísticas de la Policía Nacional, cerca de 800 asaltos en cajeros automáticos fueron denunciados el año pasado, razón por la cual se optó por esta medida.
Una vez que el chip sea instalado, al ingresar la tarjeta a un cajero automático, además de digitar la clave, el usuario deberá responder de una a tres preguntas, cuyas respuestas deben haber sido registradas en la base de datos del banco.
“De esta manera se reducen las posibilidades de robo en los cajeros, ya que actualmente, solamente la clave resulta insuficiente para garantizar la seguridad de los depositantes al momento de realizar un retiro”, comentó Pablo Córdova, titular del Comité de Seguridad Bancaria de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), quien añadió que esa implementación constituye una novedad interesante para el sector financiero.
Es así que el chip busca autentificar un mayor número de opciones de acceso de claves al realizar una transacción; además, estas seguridades aplicarán también cuando las tarjetas de débito sean utilizadas para realizar pagos por bienes o servicios.
Al cierre del año pasado, los bancos Guayaquil, Bolivariano y Produbanco empezaron con la implementación de los chips, sin embargo, es un proceso que tomará mucho tiempo.
Andrés Zumárraga, especialista en sistemas informáticos, explicó que la incorporación no requiere solamente cambios en la parte física de la tarjeta, sino también en el hardware y software de los cajeros. “Se instalarán nuevos tipos de lectores en cada cajero automático, además de que el programa informático debe ser completamente actualizado para poder registrar las nuevas preguntas”.
Zumárraga agregó que el sector ecuatoriano del software para cajeros automáticos es uno de los más destacados de la región, por lo que cree que no tardará en desarrollar un sistema que cumpla lo requerido por la Junta Bancaria.
Las nuevas seguridades de las tarjetas están generando expectativa en los propietarios de cuentas bancarias, puesto que los usuarios contarán con la debida tranquilidad cuando utilicen los cajeros.
Alejandra Jácome fue víctima de un atraco en un cajero automático del norte de Quito cuando fue a retirar dinero. “Me rodearon tres personas y me quitaron la tarjeta, violentamente me pidieron la clave y me robaron cerca de 200 dólares”.
Para ella es una buena noticia conocer la implementación del chip, puesto que cree que restará tiempo de acción al hampa y así no podrá actuar con violencia antes de que llegue el personal de seguridad.
Según estadísticas de la Superintendencia de Bancos, a nivel nacional existen más de 10 millones de cuentas de ahorro y 850.000 corrientes, cuyos titulares utilizan cajeros automáticos.