El partido del presidente venezolano, Hugo Chávez, arrasó en los comicios regionales de ayer al lograr 20 de las 23 gobernaciones del país, aunque el líder opositor Henrique Capriles reforzó su liderazgo al retener Miranda, en una jornada marcada por la abstención y la ausencia del gobernante.
Estos resultados dejan un panorama prácticamente rojo dominado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en el que tan solo tres estados: Miranda, Lara y Amazonas, quedan en manos de la oposición, tras unos comicios en los que participó el 53,94% de los 17,4 millones de venezolanos llamados a las urnas.
Uno de los pocos consuelos que le quedan a la oposición es la victoria de Henrique Capriles en Miranda sobre el exvicepresidente Elías Jaua, uno de los delfines de Chávez, y la confirmación del gobierno en Lara (oeste) y Amazonas (sur).
La oposición trataba de retener sus siete estados y aspiraba a que tampoco quedara en manos chavistas el estado Monagas, gobernado hasta ahora por el exchavista José Gregorio Briceño.
Sin embargo, el PSUV logró arrebatarle a la oposición bastiones como el estado petrolero Zulia (oeste), que gobernaba el líder de Un Nuevo Tiempo, Pablo Pérez, aspirante a la candidatura de las elecciones primarias de la oposición en febrero pasado para los comicios del pasado 7 de octubre, y que había estado en manos opositoras durante 12 años.
El partido de Chávez se queda, además, con los hasta ahora opositores Carabobo (centro), Nueva Esparta (que abarca la isla Margarita) y Táchira (suroeste, en la frontera con Colombia).
La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) reaccionó manifestando su insatisfacción y anunciando la revisión «acta por acta» de todos los votos antes de reconocer el resultado.
En el PSUV, que retiene además los 16 estados con que partía, todo era felicidad por la «victoria perfecta», como la calificó el jefe de campaña, Jorge Rodríguez, al asegurar que la del domingo fue «principalmente una victoria de Chávez» y el «regalo» ante su convalecencia en Cuba.
En una rueda de prensa, Rodríguez dijo que «es una victoria de todo el pueblo de Venezuela, pero, principalmente es una victoria de Chávez», quien fue operado el pasado martes en La Habana de un cáncer por cuarta vez desde que le fue diagnosticado hace 18 meses.
Indicó que la victoria del presidente en las elecciones del 7 de octubre «se complementa con este regalo (a Chávez) del pueblo venezolano, de la patria buena, de los hombres y mujeres de bien».
La oposición logró alzarse con la joya de la corona, el céntrico estado Miranda, que abarca Caracas, y que queda en manos del excandidato presidencial Capriles, quien con su triunfo fortalece su condición de líder de los adversarios a Chávez.
Capriles se mostró satisfecho por su triunfo pero no por el resultado de las elecciones y criticó duramente al Gobierno por lo que consideró la utilización de la enfermedad de Chávez con fines electorales.
«Yo no me siento feliz por los resultados (…), todo lo contrario», dijo Capriles al manifestar su preocupación por los venezolanos en los estados que perdió la oposición.
«Uno no escuchaba de los candidatos del Gobierno ni propuesta ni nada. Lo único era pedirles a nuestro pueblo, después aprovechando las circunstancias, pedirle a nuestro a pueblo salir a votar por la salud de nuestro presidente», sentenció.
La jornada transcurrió bajo la sombra de la ausencia de Chávez por la enfermedad, mientras el chavismo multiplicaba sus llamadas a los venezolanos para que participaran pensando en el presidente.
Incluso el vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, pidió durante la jornada en una rueda de prensa acudir a las urnas para «no fallarle» a Chávez, lo que llevó al rector del Consejo Nacional Electoral Vicente Díaz a exigir el final de la conferencia por lo que consideró «una abierta violación de la ley electoral».