Los comerciantes informales de frutas, verduras y legumbres que regresaron hace poco al sector de la avenida 31 de Octubre, en Otavalo, defienden su decisión de retornar.
Varios vendedores que no quisieron identificarse coincidieron en que en su actual ubicación hay más afluencia de personas y, por consiguiente, sus ingresos son mayores que los que obtenían en el recientemente abandonado canchón de Copacabana.
Los comerciantes adoptaron el canchón como su lugar de trabajo de manera voluntaria ante el temor de que la construcción de un puente en la zona de la 31 de Octubre bajara las ventas y los dejara sin sustento.
Las autoridades municipales se oponen a que la avenida otavaleña se convierta nuevamente en un mercado y la noche del viernes pasado organizaron un operativo de desalojo.
La medida, ejecutada por miembros de las policías Nacional y Metropolitana, fue resistida por los vendedores, quienes armados con palos y piedras rechazaron a los gendarmes en una auténtica batalla campal que dejó varios contusos.
Tras ello, personal del Cabildo se reunió con líderes de los comerciantes y acordaron una tregua con el fin de iniciar conversaciones en busca de una solución durante esta semana.
El acuerdo, según el Municipio de Otavalo, establecía un plazo de permanencia en el lugar que vencía ayer. Hasta el mediodía, sin embargo, la 31 de Octubre continuaba convertida en un espacio de ventas.
En tanto la población está dividida. Algunos consideran que comprar en el sitio es más cómodo que en Copacabana y otros dicen preferir el orden de aquel lugar.