El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo hoy que para afrontar una crisis financiera y superarla «el problema de fondo es político» y se debe lograr que los seres humanos dominen al capital y no lo contrario.
«El problema real es que el capital financiero domine a los seres humanos, y ese es el desafío, que los seres humanos estén sobre el capital, y no el capital sobre los seres humanos», afirmó Correa, al intervenir ante medio millar de universitarios que en varias ocasiones le han interrumpido con aplausos.
Correa manifestó que «el cambio de relaciones de poder» dependerá en gran medida de «los ciudadanos del primer mundo» y dijo que por eso sigue con grandes expectativas movimientos ciudadanos europeos como el de «los indignados» españoles.
De ellos, dijo encontrar su antecedente en el propio Ecuador y en el movimiento ciudadano que le llevó a la presidencia de la república.
Una pancarta que vio en Sevilla y que decía «Gente sin casa y casas sin gente» le sirvió a Correa para advertir de que si se sigue la deriva marcada por los poderes financieros «se va a llegar al peor de los mundos, a familias sin casa y a bancos con casas que no necesitan», algo que, según aseguró, tras la reforma constitucional «es imposible que pase en Ecuador».
«El riesgo debe caer sobre el capital y no sobre los seres humanos», dijo al referirse al problema de los desahucios.
Calificó como algo ilógico y que va contra la ética el que alguien que devuelve la casa -o cualquier otro bien que sea la garantía misma del préstamo- por no poder pagarla permanezca además adeudado de por vida, algo que achacó al «abuso del poder financiero».
Correa recordó que, en su país, el pago de la deuda suponía el triple de la inversión social, pero ahora es sólo la tercera parte, e incluso bromeó diciendo que hasta las calificadoras de riesgo le han mejorado la calificación «aunque eso vaya contra mi prestigio».
«Ecuador sufrió un endeudamiento corrupto e ilegitimo», afirmó el presidente al recordar que durante años se dedicó hasta el 86 por ciento del presupuesto nacional a pagar deuda y solo el 4 por ciento a sanidad, y en un país que sucede eso -explicó- «no mandan los ciudadanos, sino los bancos».
Por eso, recordó que la nueva Constitución ecuatoriana prohíbe a los bancos poseer medios de comunicación y a los medios de comunicación poseer otro tipo de empresas.
«El objetivo de la economía es el bienestar humano», insistió, al referirse a la crisis en España, país que posee «talento humano, capital físico e infraestructuras» cuanto se precisa para prosperar, dijo.
Y añadió que en los últimos seis años los bancos ecuatorianos han obtenido más beneficios que en toda su historia, beneficios que se están socializando con inversiones públicas y gasto social.