Numerosas zonas de la capital argentina y su periferia seguían sin luz la mañana de este jueves 8 de noviembre tras un gigantesco apagón que afectó a unas dos millones de personas, en medio de una ola de calor inusual en la primavera austral, constató la AFP.
Al malestar de los habitantes de la capital argentina por el corte de energía se suman los olores nauseabundos por la acumulación de bolsas de residuos en las calles, al cumplirse el quinto día sin recolección por un conflicto gremial en el centro de reciclado Ceamse. “No hay que descartar ninguna hipótesis”, dijo sobre la posibilidad de un sabotaje en el suministro de luz Alejandra Martínez, vocera de la empresa privada Edesur, que distribuye la energía eléctrica a 6,1 millones de habitantes de los barrios del sur de la capital y su periferia sur.
Unas 450 000 viviendas de Buenos Aires y su periferia sufrieron la noche del miércoles un apagón que hizo colapsar el servicio de metro y los semáforos, al caer dos líneas de alta tensión, informaron empresas de energía en comunicados de prensa. Según Martínez, un desperfecto en dos líneas de alta tensión afectó la generación de energía en tres centrales proveedoras de la ciudad en una semana “particularmente complicada, con tres días de altas temperaturas y consumo récord”. Si bien la vocera de Edesur aseguró que el 95% de los clientes afectados inicialmente por el apagón habían recobrado el servicio durante la noche, numerosos barrios seguían sin luz la mañana de este jueves, mientras que centenares de semáforos estaban sin funcionar en toda la ciudad.
De su lado, el ministro de Medio Ambiente capitalino, Diego Santilli, dijo que el 55% de los residuos que se habían acumulado en los últimos días en las calles de Buenos Aires ya fueron recolectados.