Más de un millón de niños menores de cinco años mueren anualmente en la zona del Sahara, en áfrica, por hambre y malnutrición. Esta situación es cada vez más crónica en esa región asolada por sequías y el alza de los precios en los alimentos, reveló el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
«El déficit nutricional incide directa o indirectamente en el fallecimiento de los pequeños y en que más del 30% de ellos sufra crecimiento raquítico», enfatizó la Unicef. La malnutrición es un estado que aparece como resultado de una dieta desequilibrada. No sólo impide el crecimiento físico del niño, sino que provoca un daño cognitivo irreversible que dificulta su capacidad para aprender, aseguró Elhadj As Sy, director regional del organismo para áfrica Oriental y Meridional.
Los datos han sido revelados en un comunicado de la Unicef con motivo del Día de áfrica para la Seguridad Nutricional y Alimentaria, que se celebra cada 30 de octubre.
Según la ONU se necesitarían 1 600 millones de dólares sólo para Somalia, donde cada día mueren niños y adultos «a un ritmo terrible» por la falta de alimentos.
Este organismo realizará para este miércoles un foro con el fin de solicitar a los gobiernos, la sociedad civil y los donantes, más apoyo en la lucha contra la desnutrición.