La tradición de consumir los llamados guaguas de pan genera un aumento en los ingresos de las panaderías, que los venden desde los 50 centavos hasta los 2 dólares. “Es una venta estacional que crece año a año en Guayaquil”, afirma Rubí Terán Rojas, administradora de las panaderías Joselito. Sostiene que ellos han logrado satisfacer la necesidad creada por las familias, cuando se reunen el Día de los Difuntos y degustan este pan de sabor dulce.
“Guagua” es una palabra quichua que significa “niño pequeño”. Según recuerda la tradición, es parte de los ritos ancestrales en las regiones andinas que para venerar a sus muerto llevaban un banquete. Con la llegada de los españoles fue modificada y se impuso la preparación de un pan con forma de niño que se consume con la mazamorra o colada morada el Día de los Difuntos (2 de noviembre).
Terán reitera que hay un cálculo de consumo del producto en unas 120.000 unidades desde el 15 de octubre hasta el 4 de noviembre, cuando ya se deja de preparar el pan en forma de niño. Indica que aquello provoca un aumento en las ventas de un pan especial y no popular que muchas cadenas hoteleras ya lo colocan en la lista de productos. “Tiene casi la misma masa del pan de pascua, pero no se le pone confite. Hay unos que los rellenan con manjares”.
Andrés Gabela, gerente comercial de la cadena Panadería California, expresa que el año anterior se elaboraron unas 20 mil unidades y que para este año la cifra podría aumentar a las 30 mil. “Es claro que la tradición de consumir el guagua de pan va en aumento y estamos preparados para enfrentar la demanda con la calidad que nos caracteriza”, señaló y dijo que también elaboran la colada morada.
Indicó que este pan tiene una gran aceptación, porque se lo sirve, al igual que el pan de pascua, en familia. Zoilo Paredes, de la panadería Ritita, explicó que el guagua de pan tiene un precio un poco mayor debido a que contiene ingredientes de fermentación y una elaboración especial, inclusive por el relleno que unos tienden a colocar.
El cheff Germán Mendoza mencionó que la elaboración de este pan en forma de niño tiene su secreto en el amor que se le ponga en la elaboración. “Es un pan dulce que agrada al paladar y el acompañamiento ideal para reunirse en familia”.
Mercedes Preciado Martínez oriunda de Esmeradas, dijo que probó en Guayaquil el pan hace 10 años y desde entonces es su tradición consumirlo.
La colada morada es otro de los productos que también incrementa sus ventas con la masiva preparación que realizan los artesanos. Se la vende por vasos o por litro. El costo va desde el 1,30 hasta los 6 dólares, depende del sitio donde se la adquiera y la cantidad.