Un total de 279 tripulantes de la fragata Libertad, el buque escuela de la Armada argentina, llegó la madrugada del jueves al aeropuerto internacional de Buenos Aires después de permanecer casi tres semanas en Ghana, donde la nave sigue retenida por una demanda de un grupo especulativo que reclama una deuda a Argentina.
El arribo al aeropuerto internacional de Ezeiza, a unos 20 kilómetros de la capital argentina, se produjo alrededor de las 00.15 hora local (03.15 GMT) en un vuelo de Air France procedente del aeródromo ghanés de Kotoka fletado por el Gobierno argentino para la repatriación.
Entre los marineros repatriados hay una treintena de extranjeros, procedentes de países como Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia, Venezuela, Brasil, Perú y Sudáfrica, invitados al viaje de formación iniciado el pasado 2 de junio en Buenos Aires e interrumpido el 2 de octubre en el puerto ghanés de Tema, a unos 25 kilómetros de Accra, por una decisión judicial.
La Justicia ghanesa aceptó la demanda de embargo interpuesta por NML, un fondo de inversión que reclama a Argentina una deuda de 284 millones de dólares más intereses por bonos soberanos que entraron en mora al final de 2001, en medio de una severa crisis económica en el país suramericano.
A bordo de la fragata permanecerán el capitán y una dotación mínima de 44 tripulantes «para garantizar la manutención de la fragata durante su ilegal detención», según la Cancillería argentina.
De acuerdo con un comunicado de la Armada argentina, los tripulantes que no sean esperados por sus familiares serán trasladados a la Escuela Naval Militar próxima a Buenos Aires.
Hoy todo el personal repatriado será reunido para una «verificación médica reglamentaria» y recibir «las directivas pertinentes, surgidas como consecuencia de la reformulación de su plan de estudios», dijo la Armada.
Luego disfrutarán de unos días libres hasta el 5 de noviembre, cuando reanudarán las actividades hasta su graduación, prevista para el 8 de diciembre próximo.
Para Argentina, la decisión de Ghana de aceptar el embargo planteado por NML viola la Convención de Viena al no garantizar la inmunidad de un buque de la Armada.
La crisis le ha costado el cargo, hasta el momento, a cuatro altos mandos, entre ellos el jefe de la Armada, Carlos Alberto Paz, y la jefa de la dirección de Inteligencia Estratégica de Defensa, Lourdes Puente Olivera.