Representantes de doce países iniciaron hoy en Ecuador un proceso de reflexión sobre la contribución del patrimonio al desarrollo sostenible y al combate a la pobreza, especialmente en Latinoamérica, una región con un «potencial inmenso» en temas de patrimonio, según los expertos.
El análisis se inspira no sólo en qué ocurre en arquitectura, arqueología o especies en extinción, entre otros, sino también en el aspecto humano, dijo la jefa para América Latina y El Caribe del Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco, Nuria Sanz, al inaugurar la cita.
En el encuentro reflexionarán sobre «qué es lo que le pasa a la gente, cuáles son los esquemas de comportamiento y de solidaridad, cuáles son las pautas de comportamiento cultural», dijo.
Sanz aseguró que la región tiene un «potencial inmenso» en temas de patrimonio y señaló como ejemplo que «cuando Europa decide inscribir un sitio en la lista de Patrimonio Mundial puede ser una casa o un jardín. Cuando América Latina decide inscribir un sitio, puede tener del tamaño de Francia».
Asimismo, apuntó que América Latina es donde hay ahora mismo una mayor «transformación del paisaje, donde hay un mayor crecimiento que está cambiando la faz de la tierra con infraestructuras, pero también está cambiando el subsuelo por la extracción de productos naturales».
Ello, dijo, «va a afectar necesariamente a la región» por lo que hay que «estar preparados» para ello, por eso los participantes en la cita, que comienza hoy y termina el viernes, también analizarán si hay en la región las instituciones que, desde el punto de vista geopolítico, pueden afrontar ese proceso.
Para Sanz, el crecimiento económico puede ser una amenaza pero también un motor.
«Estamos aquí para definir cómo esas políticas públicas pueden convertirse en un acelerador de los procesos de compromisos sociales pero también una preservación de los valores que han sido inscritos y de los que deberán ser inscritos en un futuro», dijo.
«Pensamos que conservación y desarrollo tienen que probar en esta región, mejor que en ninguna otra, que son binomios posibles, que realmente se pueden conjugar», indicó.
En la cita de Quito, en la que participan representantes de Chile, Brasil, Argentina, Paraguay, México, Perú, Colombia, Bolivia Ecuador, España, Francia y Estados Unidos, se compartirán experiencias que sirvan para «iluminar» las decisiones del Comité de Patrimonio Mundial en los próximos años, dijo Sanz.
«Necesitamos hoy de ejemplos que nutran la cooperación internacional, pero sobre todo en beneficio de políticas públicas, que el Patrimonio Mundial no se proteja a expensas» de que otras áreas «se queden más desprotegidas», apuntó.
Lo que se requiere, dijo, es saber «cuáles son las claves para que los sitios de Patrimonio Mundial ejerzan esa idea de ejemplaridad que tienen en lo monumental o en su singularidad cultural o natural, pero que también se vea cómo eso beneficia y se beneficia de entender los comportamientos culturales de los más marginados y excluidos».
Antes se pensaba que las políticas culturales eran todo aquello que se entendía como producción cultural, dijo al señalar que la cultura es «aquello que nos hace humanos, que nos hace pensar, que nos hace razonar, comparar y tomar buenas decisiones y que nos hace pensar que el ser humano es algo inacabado».
La cultura es una «brújula ética en el mundo», está «en todo» y debe ser un pilar «lo suficientemente transversal como para concitar esfuerzos a todas las políticas públicas», indicó.
EFE